En este contexto, los problemas de la piel que pueden ocurrir en los profesionales de la salud deben ser identificados con el fin de ser prevenidos/tratados eficazmente.
Las mascarillas usadas durante más de 5-6 horas al día crean un ambiente húmedo para la piel (por un efecto oclusivo); a eso, se añade la fricción y la agresión de la barrera cutánea que puede causar dermatitis irritativa (menos frecuente que la dermatitis alérgica), también las condiciones preexistentes como la dermatitis atópica, la couperosis/rosácea, o el acné pueden empeorar.
Las manifestaciones más frecuentes son rojeces donde hay frotamientos con las mascarillas (puente nasal, mejillas, barbilla), pápulas (foto 1) y descamación*. Estos signos cutáneos pueden ir acompañados de síntomas como sensaciones de prurito y ardor. La piel de las manos después de la desinfección y/o el lavado frecuente, o después de un contacto prolongado con guantes también sufre efectos negativos en la barrera cutánea, puede haber una importante sequedad, rojeces difusas, grietas y a veces descamación.
Para prevenir y aliviar los signos y síntomas inducidos por el uso prolongado de mascarillas durante esta epidemia es aconsejable evitar el maquillaje y bases durante su uso. El uso de una crema calmante, cicatrizante y aislante aplicada por la mañana y por la noche sobre el rostro puede prevenir y tratar este tipo de manifestaciones cutáneas. Para las manos, es importante usar "jabones sin jabón" como los syndets de limpieza suave, aplicar una crema aislante y reparadora mañana y noche.
En caso de lesiones persistentes en la cara y/o las manos, en caso de agravamiento de una afección cutánea preexistente, se recomienda consultar a un dermatólogo en consulta física o teleconsulta.