La pandemia de COVID-19 y el confinamiento ha supuesto un reto para la atención sanitaria de pacientes crónicos. Entre ellos, las personas con diabetes se encuentran entre los pacientes que más consultas no presenciales han realizado y que más se han beneficiado del impulso de la telemedicina. Sin embargo, aún quedan muchos retos pendientes en cuanto a su implantación en España. Por ello, el Center for Research in Healthcare Innovation Management (CRHIM) del IESE, en colaboración con Abbott, ha presentado el estudio “Telemedicina e innovación en Diabetes: Telemedicina de calidad para las personas con diabetes insulinizadas”, un estudio pionero que ha analizado el uso de los sistemas de telemonitorización y atención remota en España, especialmente durante la pandemia. Entre sus conclusiones destacan 15 medidas de impacto, con facilidad de implantación y factibilidad en el tiempo, elaboradas por un comité de expertos.
El estudio, que se puede consultar aquí, también ha puesto de manifiesto la inequidad en el acceso a los sistemas de monitorización de glucosa, especialmente entre los pacientes con diabetes tipo 2. Así, según el documento: “Los pacientes crónicos y, en especial, los diagnosticados de diabetes, han visto limitado su acceso a los servicios de salud. En concreto, los que padecen diabetes mellitus tipo 2 (DM2) insulinizados han sido de los más perjudicados, ya que, a diferencia de los diagnosticados de diabetes mellitus tipo 1 (DM1), no han tenido acceso a las mismas herramientas tecnológicas ni cuentan con el mismo nivel de formación y conocimiento de su enfermedad”.
La inauguración de la jornada ha sido a cargo del Secretario General de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud, Juan Fernando Muñoz. En su participación, ha resaltado que “la telemedicina debe ser un factor que contribuya a la equidad en el acceso al Sistema Nacional de Salud sin dejar a nadie atrás y no aumentar la brecha digital entre quienes tienen acceso a la tecnología y quienes no lo tienen”.
A continuación se ha celebrado una mesa redonda sobre el presente futuro de la telemedicina tras la pandemia en la que han participado, junto a Muñoz, Jesús Aguirre, Consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía; Miguel Javier Rodriguez, Consejero de Sanidad del Gobierno de Cantabria; José María Vergeles, Consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, y Julio García, Consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia.
El Consejero de Sanidad del Gobierno de Cantabria, que ha señalado que “la telemedicina es especialmente importante en el caso de los pacientes crónicos. A través de ella se puede realizar un seguimiento más personalizado y podemos anticiparnos a los problemas que pueden presentar las propias patologías. El propio paciente se compromete más con su autocuidado y con el proceso de su enfermedad”.
En este sentido también se ha pronunciado el Consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, quien ha reconocido que “los beneficios de la digitalización de la sanidad son incuestionables al permitir, entre otras cuestiones, la monitorización digital de los pacientes, la práctica de una medicina más personalizada y posibilita disponer de información real tanto de datos de salud como de calidad de vida”.
Sobre el futuro de la telemedicina se ha pronunciado el Consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, quien ha advertido que aunque la salud digital ha salido reforzada de la pandemia “ahora queda pendiente apostar de forma clara y contundente por la salud digital a la vez que es necesario recuperar parte que hemos perdido la relación entre médico y paciente”.
En este contexto, el Consejero de Sanidad de la Xunta de Galicia ha destacado la importancia de incluir las demandas de los profesionales. “Es clave poder ofrecer a los especialistas nuevas formas de trabajo y mantener todos los aspectos de humanización porque la telemedicina es una herramienta que sirve para ayudar pero no para sustituir al 100%”.
A continuación de la mesa redonda, se ha presentado el estudio “Telemedicina e innovación en diabetes: Avances de calidad para personas con diabetes insulinizadas”, con la presencia de Francisco Javier Escalada, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN); Jesús Galván, vicepresidente de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS); Juan Francisco Perán, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE); Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED); José Martinez, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Para el presidente de la SEEN, la buena atención en telemedicina “no consiste solo en levantar un teléfono”. “La verdadera telemedicina es una forma nueva de consulta que hay que agendar, y preparar. Antes de contactar con el paciente hay que recopilar datos previos, ver cómo quedó su última revisión para retomarla y, por supuesto, debemos contar con medios técnicos y de calidad para permitir, idealmente, que además de voz haya imagen”, apunta Escalada. En este sentido, añade que hay tres aspectos importantes en la realización de teleconsulta: selección de candidatos, humanización y dar protagonismo a la voz de los pacientes, puesto que es clave “saber si realmente mejoramos los resultados y su calidad de vida”.
Por su parte, Galván, vicepresidente de la SEIS, otro de los participantes en el estudio, ha explicado que la telemedicina aplicada a la diabetes requiere tres claves: “una base tecnológica, acuerdos y una actualización continua de los profesionales sanitarios”. “La base es que ya disponemos de un sensor preciso que se puede poner bajo la piel y que puede compartir información en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. El profesional puede obtener información agregada de lo que está ocurriendo para tratar la enfermedad. Además, hace falta un acuerdo: un acuerdo de base tecnológica de libre autonomía o de interés de cada uno sería el resumen más interesante de todo el proyecto”, señala. Por último, en cuanto a la formación de los profesionales sanitarios explica que “no se puede pretender que los trabajadores estén al día si no se les incentiva a hacerlo”.
En todo caso, el vicepresidente de la SEIS no ha dudado en reclamar una mayor inversión en infraestructuras de sistemas de información. “Hay que mejorar la infraestructura para que pueda circular la información en tiempo real de forma segura. Este es un primer reto que hay que abordar”.
El presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), Juan Francisco Perán, indica que, en su opinión, España “está atrasada” en cuanto a la aplicación de la telemedicina. “Se ha notado, sobre todo cuando los hospitales estaban colapsados y las consultas con los especialistas estaban anuladas. La telemedicina ha supuesto una acción a posteriori, pero no ha estado disponible para todos los pacientes. Los pacientes tipo 1 sí han tenido disponibles sistemas de monitorización de glucosa y dispositivos tecnológicos que les permitían volcar los datos al especialista, pero había pacientes con tipo 2 que no han recibido ni tiras”, subraya.
DESDE FEDE, se considera que los pacientes con diabetes tipo 2 han gestionado peor la enfermedad que los pacientes con diabetes tipo 1 por una falta de “educación diabetológica”.
En concreto, consideran que el paciente con diabetes tipo 2 insulinizado ha tenido más problemas para poder controlar su nivel de glucemia y no ha contado con los sistemas de monitorización flash de glucosa de los que disfrutan ya los pacientes tipo 1, a pesar de que sus necesidades son las mismas.
Por último, desde el Ministerio de Sanidad, el jefe del Área de Sistemas Clínicos de Información, Francisco José Sanchez, apunta que “el reto es llegar a encontrar un verdadero modelo mixto en el que se use la telemedicina cuando hay que usarla. Si nos centramos en un modelo exclusivamente telemático, se pueden “escapar” muchos diagnósticos. El proceso diagnóstico necesita la presencialidad: ver, tocar, interactuar, pues el clínico puede captar información importante en “lo que no se cuenta”. Idealmente, las primeras consultas sobre un problema deberían ser presenciales y es conveniente de cuando en cuando. La telemedicina tiene más utilidad en el seguimiento de pacientes ya conocidos, de los que sabemos que saben manejar sus procesos, o para cuestiones más informacionales o burocráticas en las que la presencialidad no aporta un valor claro”.
José Martínez, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, indica que, para asegurar la equidad, es que las administraciones “busquen mecanismos para mejorar el acceso a los servicios de telemedicina. Muchas veces las inequidades tienen que ver con una variabilidad de práctica clínica o porque hay tecnologías muy costosas de incorporar de la noche a la mañana, lo que genera resistencia. Creo que es el punto clave tratar de conseguir acceso igual en todos los territorios y merece la pena plantear de forma más expositiva”.
Por su parte, Antonio Pérez, presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), ha señalado por su parte que “vivimos en un momento disruptivo, sobre todo por el uso de las nuevas tecnologías, y debería ser el momento de rediseñar el modelo sanitario para dar una atención al paciente crónico, entre los que se encuentran los pacientes con diabetes. En este modelo hay que englobar a los profesionales sanitarios, pacientes y Administración y que cada uno de ellos haga la función necesaria para hacer el modelo más eficiente. Con todos estos elementos podemos rediseñar el modelo de atención al paciente crónico”.
15 medidas con facilidad de implantación y factibilidad en el tiempo para la mejora de la telemedicina en diabetes
1. Promover prácticas de valor centradas en el paciente diabético
2. Potenciar criterios unificados para el tratamiento de la diabetes
3. Evidenciar el ahorro y la inversión que supone una adecuada y correcta monitorización de la diabetes
4. Sensibilizar a las autoridades sanitarias para fomentar la adopción de programas de transformación a largo plazo
5. Establecer un modelo de atención mixta online y presencial
6. Apostar por la personalización/individualización del tratamiento
7. Requerir a la tecnología sanitaria la misma evidencia científica que a cualquier otro ámbito de la medicina
8. Extender la utilización de sistemas de monitorización de glucosa en líquido intersticial
9. Integrar los datos de los dispositivos de monitorización remota en la historia clínica del paciente
10. Aplicar técnicas de análisis de big data
11. Incentivar la adopción rápida de tecnologías y herramientas innovadoras
12. Desarrollar la infraestructura y las aplicaciones
13. Fomentar nuevos tipos de contratación por parte de la Administración Pública
14. Aumentar el nivel formativo que reciben las personas con DM2
15. Incrementar la capacitación de los profesionales sanitarios en tecnología y diabetes