Becton Dickinson (BD), empresa líder en tecnología médica, organizó un encuentro con ponentes nacionales e internacionales para reflexionar sobre el hospital del futuro y cómo la gestión de la medicación conectada puede mejorar el sistema y liberar tiempo para la atención de los pacientes. La jornada contó diferentes ponencias sobre la situación actual de la gestión de la medicación, así como experiencias de diferentes centros sanitarios donde este proceso ya está digitalizado y se han obtenido mejoras en la gestión y resultados positivos.
Lourdes López, directora general de BD en España y Portugal, destacó “el compromiso de la Compañía por acompañar a los profesionales sanitarios en su viaje hacia el futuro del sistema para hacerlo más seguro, más eficiente y sostenible”, haciendo referencia a los tres pilares en los que se apoya la compañía, ofreciendo eficiencia a través de sus soluciones y apostando por la seguridad del profesional sanitario y del paciente.
Y es que los errores de medicación, además de tener un impacto en pacientes y profesionales sanitarios, tienen un gran impacto económico. Según la encuesta ECAMET, en España se gastan 1,8 millones de euros cada año en errores de medicación, cantidad que representa el 3% del gasto total del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esta cifra se podría destinar a medidas preventivas, como lo ha hecho el 32% de los hospitales españoles que ya cuenta con robots de farmacia en la farmacia central. El 85% de los farmacéuticos también manifiesta que hay áreas importantes de mejora como un sistema de receta electrónica o la administración de la medicación mediante código de barras. José Luis Gómez, vicepresidente de Public Policy and Advocacy de BD en EMEA, y Ana Lázaro, Public Policy & Advocacy Lead de BD en España y Portugal, explicaron estos datos y otras iniciativas europeas y nacionales que impulsan el desarrollo de proyectos innovadores y con un impacto real y tangible para mejorar la calidad de vida y el bienestar de la sociedad. Gómez destacó algunos datos del informe de la OCDE de 2022, que recoge que 1 de cada 5 pacientes experimentan un error de medicación durante la hospitalización. El informe también destaca que la digitalización de la medicación es una solución, pero señala, no obstante, que todavía hay una baja penetración en Europa.
Experiencias de referencia en Europa y España
Vicent Moncho, director de Sistemas y Tecnologías de la Información de Marina Salud, dio detalles de la experiencia digital del Hospital de Denia, ejemplo de hospital "digital" pionero en Europa. Moncho explicó los desafíos y obstáculos de la implementación de la digitalización en su centro, que se inició en el momento de la construcción del hospital en 2007, naciendo ya con el objetivo de ser un hospital sin papeles y los primeros en España en obtener el HIMSS Stage 7. Moncho explicó las cuatro fases en la gestión de la medicación que puede generar errores: la prescripción, la validación, la elaboración de la medicación y su administración, así como las diferentes tecnologías que fueron implementando en cada una de ella para mejorar evitar estos riesgos para el paciente. Además, la gestión logística on-line de la medicación ha permitido una reducción del stock (en un 41%), una reducción del consumo y del personal necesario para la distribución de medicación en el hospital y centros de salud. “Uno de los beneficios más destacados que hemos conseguido es el aumento de la eficiencia del proceso farmacoterapéutico, ya que disponemos de informes mensuales muy detallados con análisis del consumo de medicamentos, de la prescripción por patología y sus resultados para la salud, pudiendo planificar así acciones de mejora de forma mensual”, añadió Moncho.
El Profesor Pascal Bonnabry, jefe del Servicio de Farmacia de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), argumentó por qué es interesante y cómo se puede implementar la automatización en el proceso de medicación. Bonnabry destacó que existe la necesidad de mejorar el proceso de medicación y cada vez hay más pruebas del impacto positivo de la automatización, pero señalaba que, en cambio, su tasa de adopción es todavía muy baja, alrededor del 10%. En base a su experiencia, ofreció algunos consejos y concusiones sobre la automatización y la robotización como estrategias importantes para optimizar la gestión de medicamentos: puede mejorar la seguridad, la eficiencia y la trazabilidad. “Todos los hospitales deben tener una visión estratégica, se necesitan argumentos dirigidos a las expectativas del retorno de la inversión, convencer de su necesidad y ventajas a la organización, y realizar una implementación inteligentemente decidida y planificada, que comience lento y genere un efecto de bola de nieve”, añadió Bonnabry.
Seguridad, eficiencia y sostenibilidad
Durante la jornada se celebró una mesa redonda para hablar de seguridad, eficiencia y sostenibilidad moderada por Mario Pérez, Marketing Manager de Soluciones de gestión de la Medicación en BD Iberia, y en la que participaron Eva Negro, coordinadora del Proyecto de Innovación Tecnológica de los SFH del SERMAS y farmacéutica especialista en Farmacia Hospitalaria; Francisco Dolz, gerente del Departamento de Salud Valencia Dr. Peset; y Lluís Mañes Gallardo, coordinador del Proyecto de Farmacia Hospitalaria y del Proyecto Logística Intrahospitalaria en el Hospital Clínic de Barcelona.
Hoy en día existen dos grandes retos en la gestión de la medicación: por un lado, el importante volumen de fármacos que se desecha y, por otro, que la mitad del tiempo de trabajo de los farmacéuticos y enfermeras se emplea en tareas sin valor añadido que la automatización puede hacer mucho más eficiente. Una de las maneras de mejorar esta situación es “manejarnos en un sistema hospitalario a caballo del Hospital 2.0 y del Hospital 4.0, donde ha entrado la industrialización de procesos de forma importante y el que la que hasta ahora era mano de obra, se convierte en un cerebro de obra, el que piensa. Y este tiempo que se gana se puede dedicar a hablar con el paciente, a mejorar la adherencia al tratamiento, pero también a la investigación y el análisis de datos”, comentó Dolz. En la misma línea, Mañes cree que “hay que intentar que las personas no hagan tareas repetitivas y este proceso de industrialización nos ayudará a centrarnos en tareas asistenciales”.
Todos los participantes coincidieron en que actualmente no existe un sistema único y unificado para contabilizar los errores de medicación y en que cada centro o comunidad tiene sus propias herramientas, por lo que solo se contabilizan aquellos errores que se detectan, pero la tasa de notificación es baja. Además, su víctima es muy amplia según comentó Francisco Dolz, “ya que los afectados son los pacientes, profesionales sanitarios, la institución y de nuevo los pacientes (si los que cometieron el error no cambian el proceso para evitar que se siga cometiendo el mismo error)”. “Cualquier solución que ayude a no caer en el error es un beneficio para todos ellos y la gestión de la medicación conectada nos ayudará mucho a que los profesionales se sientan más seguros y tengan menos posibilidades de caer en errores”, añadió Lluís Mañes. Sobre las medidas a implementar, Eva Negro destacó algunas de ellas, como reducir el número de presentaciones disponibles del mismo medicamento y así manejar siempre las mismas concentraciones, centralizar la elaboración de medicamentos “listo para su uso” en los servicios de farmacia incorporando sistemas de ayuda y control de calidad de las elaboraciones.
El problema a la hora de implantar la automatización del proceso es muchas veces la resistencia al cambio de los profesionales, que están acostumbrados a trabajar con unas dinámicas y cuesta mucho modificarlo, algunas veces por la sensación de vigilancia que les puede suponer este cambio. Según Dolz, “se añade el tema de la capacitación tecnológica de los profesionales, que pueden necesitar formación específica”. Para Negro este punto puede ser una barrera, ya que “hace falta formación en competencias digitales y aumentar las competencias del personal en un ámbito diferente, con visión interdisciplinar y potenciando las soft skils”.
Como conclusión, alinear al trabajador en este cambio se marcó como la prioridad principal, pero no sólo al trabajador sino también al paciente, y aquí con un papel muy importante por parte de la directiva de cada centro aportando proactividad. “Para el futuro hay que potenciar la explotación de la información, en cada punto de la cadena de utilización del medicamento se genera un dato que ahora ni utilizamos ni explotamos adecuadamente. Tendremos que utilizar inteligencia artificial para un modelo predictivo de compra, anticipar los efectos secundarios, prever la cita a un paciente, etc. Tenemos una tarea muy importante en el campo del dato”, comentó Negro.
Rafael Ballester, Country Business Leader de la Unidad de Soluciones de Gestión de la Medicación de BD en España y Portugal, cerró la jornada reiterando el compromiso de la Compañía en conseguir una gestión de la medicación mucho más eficaz, reduciendo los errores de medicación para mejorar la seguridad y eliminando tareas sin valor añadido que permitan a los profesionales sanitarios centrarse en la atención sanitaria a los pacientes.