El Premio Maestro de la Pediatría 2015 ha recaído en el profesor Antonio Martínez, a propuesta de la Sociedad de Pediatría de Andalucía Oriental (SPAO), quién desarrolló su carrera en el Hospital Regional Carlos Haya de Málaga. Junto al profesor Mayor Zaragoza, fue pionero en la detección, prevención y tratamiento de las enfermedades metabólicas, ya que con ellos se inició la prueba del talón que hoy se realiza a todos los recién nacidos. Así, su línea de investigación se ha centrado en los errores congénitos de metabolismo, en Nutrición, enfermedades infecciosas, y patología neonatal.
Su compromiso con la salud infantil también se hecho patente a través de las difusión de sus conocimientos. Con más de 200 artículos publicados, ha sido director de más de un centenar de tesis doctorales y tesinas y miembro de honor de varias sociedades de Pediatría. “Además de una referencia, ha formado a múltiples generaciones de Pediatras”, subraya el profesor Málaga, quien recuerda que este galardón distingue la trayectoria docente e investigadora, reconocida a nivel nacional e internacional, de un pediatra español.
El doctor Miguel Víctor Labay ha sido distinguido con el Premio Pediatra Ejemplar 2015, a propuesta de la Sociedad de Pediatría de Aragón, La Rioja y Soria (SPARS). Labay realizó parte de su trayectoria profesional en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, donde fue director hasta que renunció para ejercer en la comisión de servicios voluntaria en un centro de salud Rural y poder dar apoyo a la infancia desfavorecida. Esta decisión basada en el altruismo y la entrega vocacional le ha llevado a visitar a niños en pueblos a 1.500 metros de altitud y con temperaturas adversas. Entre otras iniciativas solidarias, ha creado el premio “Jerónimo Soriano, ayuda a niños desfavorecidos de países en vías de desarrollo”. Atiende a los niños que le requieren en una consulta privada sin fin lucrativo en Teruel.
Él mismo reconoce que ha intentado seguir la senda que marcó Jerónimo Soriano con su vida y obra. Precisamente el doctor Labay ha dedicado parte de su labor a recuperar la memoria de figuras relevantes de la Pediatría por su humanidad y vocación como Jerónimo Soriano o el profesor Andrés Martínez Vargas.