España es el segundo país más ruidoso del mundo, tras Japón. La exposición al ruido puede causar afonía, dolor de cabeza, irritabilidad, dificultades en el lenguaje, tanto en su percepción como en la oratoria, alteraciones en el sueño, problemas de sociabilidad y otras amenazas al desarrollo cognitivo infantil, según diversos estudios de la National Academy of Sciences Report.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha observado que un nivel de decibelios superior a 55 dB durante el día resulta dañino y la exposición diaria en nuestra vida cotidiana supera con creces este nivel de presión acústica. El despertador o la televisión a un volumen elevado pueden llegar a los 75 dB, igual que una lavadora, el teléfono móvil o una batidora. Además, una calle con mucho tráfico alcanza fácilmente los 75 dB.
En Suiza, algunos profesores de Primaria están inmersos en un nuevo enfoque de aprendizaje creativo. Los niños pequeños utilizan protectores auditivos de sonido donados por la empresa 3M para reducir el ruido ambiental y centrarse en tareas personalizadas, según el nivel de cada alumno.