Especialistas neumólogos han desarrollado el primer estudio que indica la frecuencia de exposición a factores de riesgo distintos al tabaco y su distribución en las diferentes regiones españolas. “Hasta el momento, en España, la exposición a combustión de biomasa y a polvo en el ámbito laboral no se había descrito con precisión”, asegura el Dr. José Luis López Campos, neumólogo y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y primer firmante del estudio “Exposición laboral y a biomasa en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica: resultados de un análisis transversal del estudio On- Sint”, publicado recientemente en la revista científica Archivos de Bronconeumología. “Los resultados principales demuestran que la exposición laboral a tóxicos inhalados es superior que la exposición a humo de biomasa. Estos datos también nos permiten evaluar el impacto de tales exposiciones sobre las manifestaciones clínicas de la enfermedad”, añade.
Asimismo, se ha observado que la función pulmonar y el pronóstico mejoran cuando disminuye la contaminación del aire causada por la biomasa. “Debido a que el uso de biomasa es mucho menor en los países desarrollados, como es el caso de España, en nuestra cohorte la exposición a sustancias en el ámbito laboral fue más frecuente que la exposición a humo de biomasa”, asegura el Dr. López Campos. A lo que añade, “a pesar de este hecho, la frecuencia de exposición a la contaminación por biomasa es mayor en la zona norte que en la zona sur del país, así como en la costa este, lo que probablemente refleja las diferencias en la distribución de las industrias del país”.
La biomasa es la materia orgánica, que mediante la combustión, proporciona energía. Esta combustión produce humos que pueden ser inhalados, lo que en los sujetos sensibles provoca un cuadro de inflamación bronquial, con una obstrucción bronquial secundaria que en muchos aspectos es indistinguible de la EPOC. Asimismo, la EPOC también puede estar causada por la exposición laboral al polvo, gases o productos químicos volátiles. Sin embargo, a menudo se observa que los pacientes expuestos a estas sustancias también fuman, por lo que en ocasiones es difícil determinar en qué grado ha contribuido cada sustancia al desarrollo de la EPOC.
El estudio también muestra las variables clínicas que se asocian a dichas exposiciones y que son indicativas de EPOC causada por el tabaco más un factor de riesgo adicional. “La EPOC causada por el tabaco más otro factor de riesgo presenta similitudes con la EPOC tradicional, excepto por ser más frecuente en varones, tener mayor impacto sobre la calidad de vida relacionada con la salud cuando el nivel de deterioro funcional es similar y estar asociada a zonas rurales”, explica el Dr. López Campos. “Los resultados de la investigación son suficientemente evidentes como para que sirvan de guía para que los responsables de la planificación sanitaria y médicos tomen consciencia de los efectos potenciales de estas sustancias y actúen para mejorar la prevención y el diagnóstico precoz de los pacientes con EPOC”, concluye.