Los expertos destacan el potencial de los antiangiogénicos en segunda línea de tratamiento para el adenocarcinoma pulmonar, el tipo de cáncer de pulmón más frecuente, concretamente, en aquellos pacientes en los que la quimioterapia no ha dado resultado.
Esta es una de las conclusiones que se han discutido en la mesa redonda “Aportación/integración de las novedades en angiogénesis en la era de la individualización del tratamiento del cáncer de pulmón no microcítico” auspiciada por Boehringer Ingelheim en el marco del XIII Simposio Abordaje Multidisciplinar del Cáncer.
El Dr. Antonio Calles, oncólogo del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, ha destacado las nuevas opciones de tratamiento en segunda línea para el adenocarcinoma pulmonar “antes únicamente contábamos con una opción de tratamiento para la mayor parte de los pacientes (docexatel), pero en los últimos años se han introducido varios fármacos que han mejorado la supervivencia, tanto en el campo de la inmunoterapia (nivolumab, pembrolizumab y atezolizumab) como en los antiangiogénicos (nintedanib y ramucirumab)”.
En este sentido, el experto ha señalado el potencial de los antiangiogénicos en el tratamiento de pacientes con perfiles concretos “pueden ser una alternativa útil para pacientes que han presentado progresión tras recibir quimioterapia o no llegado a responder a este tratamiento, no fumadores en los que la inmunoterapia parece ser menos efectiva y pacientes que presentan poca o nula expresión de PD-L1”. Asimismo, ha insistido en que “no todos los pacientes son candidatos a la inmunoterapia, de la misma forma que no todos los tratados con inmunoterapia se benefician de ella, por lo que los antiangiogénicos son una opción de tratamiento a tener en cuenta”.
En concreto, el Dr. Calles ha explicado el impacto que ha tenido la reciente incorporación de nintedanib en combinación con docexatel para pacientes que recaen tras la quimioterapia “hasta ahora, las opciones de tratamiento eran muy limitadas y ninguna de ellas había impactado positivamente en la supervivencia. Nintedanib asociado a docexatel es el primer fármaco que ha demostrado aumentarla en pacientes con adenocarcinoma de pulmón en segunda línea”.
En el encuentro también se ha hablado de la importancia de identificar el perfil de los pacientes para lograr una mayor personalización de los tratamientos. Para ello, el experto ha señalado la necesidad de contar con factores predictivos de respuesta en el futuro “hoy en día no existen biomarcadores que nos permitan detectar qué personas son las que más se van a beneficiar de las terapias antiangiogénicas”.