Barcelona, 28 de agosto de 2017-. Se estima que se producen 350.000 paradas cardiorrespiratorias (PCR) o muertes súbitas cada año en Europa, de las cuales menos de un tercio, unas 100.000, reciben maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), y de estas solo llegan al hospital menos de 40.000 pacientes, y siendo solo un 25% las personas que salen del hospital (menos del 3% de todas las paradas cardiorespiratorias) con buen pronóstico, según la escala neurológica de CPC (Cerebral Performance Categories).
“Ante estas cifras queríamos averiguar el grado de conocimiento que tiene la población general en nuestro medio sobre la parada cardiorrespiratoria y si saben aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas”, explica el Dr. Jordi Bañeras del Hospital Vall d’Hebrón y uno de los autores de la investigación.
El estudio, en el que participarón más de 3.000 personas, consistió en la realización de una encuesta que se llevó a cabo de forma simultánea en diferentes centros de atención primaria, farmacias, centros deportivos, escuelas, centros de educación secundaria y universidades de la región Norte de Barcelona durante el Día Europeo de Concienciacion sobre el Paro Cardiaco (The European Restart a Heart Day) que se celebró el 16 de octubre del 2016. De los encuestados, el 84,2% había oído hablar de la muerte súbita (64,5% en los medios de comunicación), pero sólo el 36,1% identificaría la parada cardiorrespiratoria como "no responde y no respira normalmente". El 13,8% de los encuestados había presenciado alguna vez una parada cardiorrespiratoria y el 6,7% declaró haber efectuado maniobras de RCP (excluido el personal sanitario).
“Este dato del estudio es muy revelador ya que muestra que la muerte súbita es un problema frecuente y si tomásemos medidas y la mayoría de la población supiese hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar, aumentaría el número de personas con buen pronóstico neurológico”, indica Bañeras.
La desfibrilación precoz y las compresiones torácicas de calidad son estrategias que aumentan la supervivencia en caso de una parada cardiorrespiratoria. Pero “las compresiones tienen que estar bien hechas: es necesario que el tórax se comprima al menos 5 centímetros de profunidad y no más de 6 cm, deben realizarse a una frecuencia entre 100 y 120 por minuto, y además hay que hacer una buena descompresión. Esto implica que se tiene que enseñar y recordar de forma totalmente práctica. Pensamos, tal y como se ha demostrado en otros países, que las escuelas son el lugar ideal para enseñar estas maniobras”. En este sentido, el Dr. Bañeras afirma que “estamos trabajando para saber la mejor manera de enseñar este tipo de maniobras a toda la población, pero pensamos que la enseñanza de RCP debe establecerse en los currículums escolares para que los alumnos terminen su educación sabiendo cómo se efectúa este tipo de maniobras y no las vayan a olvidar en su vida”.
En la encuesta también se preguntó por los desfibriladores externos automatizados (DEA). Un 78,8 % había oído hablar de ellos, y un 4,1 % lo había utilizado (excluido personal sanitario) El 84,3% pediría ayuda al 112 en caso de ser testigo de una parada cardiorrespiratoria. Finalmente, sólo el 32,7 % había recibido formación en maniobras de reanimación cardiopulmonar. Sin embargo, la gran mayoría (97,4%) lo consideró importante. El especialista advierte que al ser una encuesta, estos datos deben ser interpretados con mucha precaución, pero en todo caso nos dan una idea del conocimiento sobre RCP en la población general.