España ya estaba a la cabeza en el cómputo de número de ensayos puestos en marcha sobre coronavirus –sin tener en cuenta el número de pacientes-, como se recogía en la anterior información de Farmaindustria del pasado 5 de mayo. En ese momento, nuestro país era el primer país de Europa en número de ensayos y el cuarto a nivel mundial.
Ahora, las cifras –que se pueden consultar en este enlace a fecha 2 de junio– indican que hay en todo el mundo un total de 556 ensayos clínicos que ya han comenzado y en los que participarán hasta 300.099 personas. En el caso de España, son exactamente 25.227 pacientes los que serán incluidos en los 76 ensayos que ya se han iniciado en nuestro país, lo que representa cerca del 8,5% del total y sitúa a nuestro país en el tercer lugar mundial tras Reino Unido, con 86.702 pacientes y 32 ensayos iniciados, y EEUU, con 71.710 pacientes previstos en 97 ensayos ya en marcha. El cuarto país con más pacientes previstos en ensayos que ya han comenzado a funcionar es Francia, con 20.290 pacientes en 41 estudios, según los datos de este proyecto, denominado Covid-19-living NMA, y que es la fuente que utiliza la OMS en sus informaciones.
A todos estos datos habría que sumar también los de ensayos que están previstos pero aún no en marcha. Según la información que recoge el citado proyecto Covid-19-living NMA -liderado por expertos de la Biblioteca Cochrane-, serían otros 423 ensayos clínicos en los que participarían otras 222.105 personas. De ellos, corresponderían a España 16 estudios que ya están aprobados y en los que participarían otros 4.196 pacientes. Nuestro país sumaría así un total de 29.423 pacientes. La cifra coincide con la que transmitió en su día el ministro de Sanidad, Salvador Illa, al hablar de la importancia de los ensayos clínicos sobre coronavirus en nuestro país y donde agradeció las “importantes donaciones” de medicamentos realizadas por la industria farmacéutica para apoyar estos ensayos.
A pesar de las buenas cifras en España, a partir de ahora se da la paradoja, como señala Amelia Martín Uranga, responsable de la Plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria, “de que muchos de los EECC puestos en marcha iban dirigidos a pacientes graves o críticos, y esos, afortunadamente, son de los que actualmente tenemos menos”. Según apunta, algunos de los ensayos internacionales que las compañías farmacéuticas realizan en nuestro país tendrán más sencillo para continuar con sus investigaciones reclutar pacientes a partir de ahora en países donde la pandemia tiene ahora su principal foco, como Brasil, Rusia o EEUU.
Doce compañías farmacéuticas con ensayos en España
En España, actualmente hasta doce compañías farmacéuticas asociadas a Farmaindustria -tres laboratorios nacionales y otros nueve internacionales- tienen investigaciones en marcha sobre medicamentos potenciales contra el coronavirus. Es el caso de las españolas Rovi, Rubió y Reig Jofre y de las filiales en España de los laboratorios Gebro, Novartis, Roche, Sanofi, AbbVie, Jazz Pharmaceuticals, Sobi, AstraZeneca y GSK.
“Estos datos demuestran la importancia que tiene España como lugar de referencia para muchas compañías farmacéuticas que realizan aquí buena parte de sus ensayos clínicos con nuevos medicamentos”, destaca la responsable de la Plataforma de Medicamentos Innovadores de Farmaindustria. “Es el reflejo de un trabajo de cooperación que durante los últimos años han venido desempeñando Administración sanitaria, hospitales, investigadores, pacientes e industria farmacéutica y que ha convertido a España en una referencia mundial en investigación de nuevos medicamentos”. De hecho, para algunas de las principales multinacionales farmacéuticas, nuestro país se ha convertido en el segundo país del mundo, tras EEUU, por participación en ensayos clínicos.
“Hay que recordar –apunta Martín- que hoy la I+D que se origina desde la industria farmacéutica es una actividad abierta y colaborativa. Así, en el caso de España, la mitad de esa inversión se hace en colaboración con terceros: hospitales, universidades y otros centros de investigación públicos y privados, lo que hace que la industria farmacéutica se haya convertido el gran dinamizador del tejido investigador biomédico en nuestro país”.