Como consecuencia de esta evolución, las exportaciones farmacéuticas han pasado de suponer el 4,0% del total de exportaciones nacionales en el primer semestre de 2019 a representar el 5,4% en 2020, una cifra que supera el 22% del total nacional si se tienen en cuentan únicamente las exportaciones de bienes de alta tecnología.
Por capítulos arancelarios, las exportaciones de productos farmacéuticos son las que más crecen en términos absolutos de toda la economía nacional y se convierten en el cuarto capítulo arancelario más exportado en nuestro país, tras automóviles, maquinaria y material eléctrico.
Las cifras suponen, de nuevo, un máximo en la historia del sector farmacéutico, “un dato especialmente relevante si tenemos en cuenta que su peso sobre la economía nacional es del 0,7% del PIB”, afirma el director del Departamento de Estudios de Farmaindustria, Pedro Luis Sánchez. “En estos tiempos de crisis económica, sanitaria y social desencadenada por la irrupción del SARS-CoV-2, este impulso a las exportaciones de medicamentos y el esfuerzo inversor que están realizando las compañías farmacéuticas a todos los niveles se vuelven mucho más significativas y son una muestra más del valor de la industria farmacéutica como motor económico del país”, añade Sánchez.
De hecho, la última actualización de la base de datos Datacomex refleja una importante caída de las exportaciones totales de bienes y mercancías en España, alcanzando los 124.101 millones de euros, en lo que supone una caída de casi el 16% con respecto al mismo periodo del año anterior. Este descenso, que se debe fundamentalmente a la caída de la actividad comercial motivada por la crisis del coronavirus, no ha sido así en el caso de las exportaciones de medicamentos, que un año más siguen creciendo.
“Es posible que una parte importante del crecimiento de las exportaciones de productos farmacéuticos en el primer semestre del año pueda tener un componente coyuntural y responda a un efecto acopio provocado por la crisis sanitaria -explica Sánchez-, pero hay una clara tendencia creciente, que pone de manifiesto el peso cada vez mayor de la actividad industrial farmacéutica en la economía española y la oportunidad que supone para reactivarla”.
El récord histórico de exportaciones farmacéuticas registrado el año pasado se alcanzó gracias a un incremento del 13,2% de estas transacciones comerciales con respecto a 2018, mientras que en los seis primeros meses del año el aumento ya es del 14,5%. “La industria farmacéutica innovadora está llamada a jugar un papel protagonista en la nueva etapa que ha abierto la crisis desatada por la Covid-19. Su capacidad para generar empleo de calidad e igualitario y la posibilidad de potenciar el tejido industrial y la inversión en investigación biomédica son las principales propuestas que pone sobre la mesa el sector para ser parte de la solución”, explica el director de Estudios de Farmaindustria.
En este sentido, insiste en la necesidad de una estrategia farmacéutica a largo plazo que parta de la visión del medicamento como inversión, no como gasto; que implique un mayor reconocimiento de la innovación, que defienda los derechos de la propiedad industrial, y que vea el impacto positivo que el medicamento y la industria que lo desarrolla tienen no sólo en el ámbito de Sanidad, sino también en los de Industria, Economía, Trabajo o Hacienda.