El problema mayor del informe es la falta de información sobre el consumo de medicamentos en hospitales, con desagregación y al mismo nivel que los prescritos en recetas y dispensados en las farmacias. En este sentido FEFE lleva a cabo una serie de propuestas que podrían implementarse fácilmente. Son las principales conclusiones del Observatorio del medicamento correspondiente al mes de agosto del 2020.
El informe de revisión del gasto hospitalario, a excepción del consumo de biosimilares, constituye un ejercicio de voluntariedad de la AIREF que, a lo largo de más de 300 páginas, desvela enormes carencias de información y propone soluciones de carácter especulativo para una realidad que sigue siendo desconocida. El informe apunta vagas soluciones y sigue manteniendo el consumo hospitalario de medicamentos en un limbo que contrasta con el conocimiento que se posee sobre los medicamentos dispensados en las farmacias.
Quizá el único apartado en el que se han podido manejar datos reales sea el de los medicamentos biotecnológicos en los que la aportación de la patronal BIOSIM ha sido determinante. En el caso de los medicamentos solo ha dispuesto de información económica agregada, de tal forma que continúa sin conocerse el gasto por grupos terapéuticos y principios activos o la cuantificación de la venta por laboratorios y, por supuesto el porcentaje de medicamentos de marca o genéricos que se consumen en hospitales.
Ni siquiera la información económica es de calidad, ya que la propia AIREF reclama en el informe la implantación de herramientas, ahora prácticamente inexistentes, de contabilidad analítica
Si el informe resulta útil es porque, aún sin muchas cuantificaciones, detecta la problemática a la que se enfrenta el control del gasto hospitalario que aborda en distintos apartados, comenzando por uno de contexto en el que hace estimaciones sobre el crecimiento del gasto hospitalario en los próximos años.
PROPUESTAS DE FEFE ANTE LAS CARENCIAS DE INFORMACIÓN
Por su parte FEFE, en relación con la información, que considera fundamental para el análisis y cualquier propuesta de control del gasto hospitalario propone las siguientes alternativas, en función de la viabilidad jurídica y práctica:
Base de datos nacional de adquisiciones de los hospitales: Hay que recordar que en el año 1983 se conoció el consumo de medicamentos en hospitales con el mismo grado de individualización que se conoce el de las recetas, ya que se registraban todas las adquisiciones de los hospitales públicos. Esta información desapareció al llevarse a cabo las transferencias del Insalud a las Comunidades Autónomas.
Desarrollo del proceso SEGUIMED, específicamente para las ventas a hospitales. Solo depende de la industria y el Ministerio por lo que podría implementarse de forma rápida y con una norma de menor rango tal como un Orden Ministerial o Resolución.
Como subproducto de la verificación: Aunque los hospitales están siendo muy reticentes a implementar la Directiva de medicamentos falsificados, puede constituir una buena herramienta para conocer las ventas a hospitales de la industria. Aunque el Ministerio parece haberse olvidado de poner en marcha el NODO SNSFarma, hay que recordar que está incurriendo en incumplimientos de la Directiva de Medicamentos Falsificados.
Finalmente, echamos en falta en el informe de la AIREF propuestas concretas para mejorar la información del gasto hospitalario fuera de desiderátum tales como indica el informe: “Mejora de la forma de recopilar la información para conseguir mayor calidad y homogeneidad de los datos”.