Los medicamentos que registran más reacciones adversas son los analgésicos, en los casos no evitables, y los antitrombóticos, en los que se podrían haber evitado. Otros han sido los hipotensores, las benzodiacepinas y los hipoglucemiantes. El número de RAM se relaciona directamente con el número de medicamentos que toma el paciente: cuando supera los cinco, el riesgo es 4,8 veces superior y se incrementa en los mayores de 60 años. El origen del 33% de los errores se produce en el momento de la prescripción, un porcentaje que aumenta hasta el 66% si se añaden los errores producidos durante la transición asistencial, considerados también como errores de prescripción. La omisión de una dosis o medicamento, una prescripción errónea o monitorización insuficiente han representado el 75% de casos y los factores individuales han supuesto la práctica totalidad de las causas, siendo las más frecuentes el desconocimiento o falta de información tanto de los pacientes como de los medicamentos (66%). En cuanto a la gravedad, un 80% no han causado daños al paciente.
Según los autores, los resultados obtenidos implican que hay que actuar para mejorar la seguridad de la utilización de los medicamentos y que, para hacerlo, es necesario implicar al resto de profesionales sanitarios para abordar de manera multidisciplinar la reducción de errores de medicación. Además, puntualizan que habría que incidir en aquellos grupos con mayor posibilidad de riesgo, los pacientes ancianos, polimedicados y pluripatológicos, perfil en el que encajan los pacientes del área quirúrgica.
Los autores del estudio “Detección de reacciones adversas a los medicamentos (RAMs) en el área quirúrgica” son Rosa M. Parés, Daniel Fernández, Juan José Serrais, Rita Sala y Agustí Perelló, del Servicio de Farmacia del Hospital de Igualada. FV
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