La Comunidad de Madrid ha informado de que este dispensador se utilizará únicamente en aquellos casos en los que las características del paciente y el tipo de tratamiento lo permitan. Para poner en marcha el sistema se han instalado varios robots conectados a la prescripción médica electrónica.
Los robots dispensan el medicamento prescrito por el médico y lo distribuyen a través de cintas transportadoras en menos de 40 segundos a uno de los siete puntos de atención farmacéutica personalizada que existen en el hospital.
Su apariencia externa es similar a la de un cajero automático, que el paciente activa mediante una receta, así el autodispensador la lee por medio de un lector de código de barras; una vez leída, el sistema selecciona el medicamento prescrito y lo pone a disposición del paciente.
El Hospital Gregorio Marañón atiende diariamente a más de 250 personas con tratamientos crónicos que no requieren ingreso hospitalario pero sí un seguimiento farmacoterapéutico. Esta unidad gestiona ya más del 50% del gasto en medicamentos del hospital. FV
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