Ante esta realidad, y a tenor de la activación de la alerta sanitaria por altas temperaturas la pasada semana, el Colegio de Farmacéuticos de Huelva ha realizado una serie de recomendaciones para prevenir problemas de salud, inducidos por la interacción entre medicamentos y calor.
Los medicamentos que agravan el síndrome de agotamiento/deshidratación ante un golpe de calor son aquellos que provocan alteraciones de la hidratación (diuréticos). Tamién los que impiden la pérdida de calor por el organismo (antidepresivos, antihistamínicos, antiparkinsonianos, broncodilatadores, vasoconstrictores, etc.). Finalmente, los fármacos cuya absorción puede ser alterada por la deshidratación (antiarrítmicos, antiepilépticos, antidiabéticos orales o hipolipemiantes), así como los medicamentos susceptibles de alterar la función renal.
Cabe prestar especial atención también a los medicamentos que pueden bajar la presión arterial o a aquellos que alteran el estado de vigilia, ya que también pueden agravar los efectos del calor sobre el organismo. En ninguno de los casos citados está justificado considerar de forma sistemática la suspensión o disminución de estos medicamentos y se aconseja, en caso de cualquier duda, consultar con el médico o el farmacéutico.
A modo de prevención, los farmacéuticos de Huelva recuerdan consejos básicos para evitar un golpe de calor o un cuadro de deshidratación, tanto en personas que ingieran algunos de estos medicamentos o padezcan algunas de las patologías arriba citadas, así como para la población en general, especialmente, menores y tercera edad:
- Ingerir líquido suficiente (más de 2 litros diarios) de forma continuada.
- Evitar bebidas con cafeína o alcohol.
- Ingerir comidas ligeras, ricas en vitaminas y minerales.
- Usar ropa ligera y transpirable.
- Evitar hacer deporte y salir de casa en las horas centrales del día.
Los profesionales del Colegio de Farmacéuticos de Huelva insisten también en conservar de manera correcta los fármacos a fin de evitar un deterioro en su eficacia terapéutica por efecto del calor. En este sentido, recomiendan comprobar la temperatura a la que debe conservarse el medicamento (si requiere de frío o si se mantiene a temperatura ambiente). Los medicamentos que no requieran frío no deben meterse en la nevera, sino ser conservados en un sitio de la vivienda fresco pero seco.
Debe evitarse dejar fármacos en vehículos de transporte expuestos al sol, o en lugares donde se alcancen altas temperaturas. También puede darse el caso de que ciertas formas farmacéuticas (cremas, pomadas, supositorios, etc.) se vean afectadas por el incremento notable de las temperaturas. En este caso, aunque el principio activo no se vea deteriorado, se recomienda no consumir el fármaco si la apariencia exterior varía de forma visible. FV
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