Laboratorios Rovi lanza Mysimba®, fármaco de administración oral para tratar la obesidad. Mysimba® es el primer fármaco con acción dual en el tratamiento de la obesidad que actúa directamente sobre el sistema nervioso central; por un lado actúa sobre las zonas del cerebro que controlan la ingesta y el balance calórico, y por otro reduce el efecto de la parte del cerebro responsable de la sensación placentera asociada al consumo de alimentos. Es por ello que Mysimba constituye un tratamiento contra la obesidad, enfermedad que afecta al 21,6% de la población española.
“Los profesionales veníamos reclamando desde hace tiempo la disponibilidad de fármacos para luchar contra la obesidad. La gran novedad de Mysimba® radica en que es un fármaco dual que permite actuar también sobre la ansiedad y nos va a ayudar a luchar contra los atracones tan frecuentes en nuestros pacientes”, comenta el Dr. Esteban Jodar.
La eficacia de Mysimba® ha sido avalada en 4 estudios Fase III en 4.536 pacientes. Al año de tratamiento, los pacientes tratados con Mysimba, junto con un cambio del estilo de vida, tuvieron variaciones medias en la pérdida de peso entre el 5,9% y el 11,5%. Las reducciones de peso empezaron a observarse a partir de la cuarta semana de tratamiento.
Mysimba®, además de la eficacia clínica en la pérdida de peso, presenta mejoras en los parámetros cardiovasculares y metabólicos asociados a la obesidad: reduce los niveles de triglicéridos hasta un 16,6%, aumenta las concentraciones de HDL hasta un 4,1% y mejora los niveles de azúcar en ayunas.
Mysimba® es un fármaco de prescripción médica no financiado por el sistema nacional de salud.
La obesidad es la epidemia mundial del siglo XXI
La obesidad es la segunda causa de mortalidad prematura evitable después del tabaco, incrementa el riesgo de padecer diabetes, enfermedades cardiovasculares o ciertos tipos de cáncer. “Es una consecuencia del desarrollo industrial: hacemos menos trabajo físico por lo que consumimos menos energía y, sin embargo, los alimentos tienen cada vez mayor densidad calórica”, explica el Dr. Esteban Jodar, responsable de la Unidad de Endocrinología del Hospital Quirón de Madrid.
Los expertos coinciden en apuntar que el sedentarismo y el aumento del aporte calórico son las principales causas de la obesidad. “La vida que llevamos actualmente no está hecha para mantener el peso”, dice la Dra. Susana Monereo, jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y secretaria de la Sociedad Española de Obesidad. “Utilizamos la comida como recompensa o comodín para cualquier tipo de situación emocional. Por eso, es tan importante un fármaco que ayude a este tipo de pacientes a controlar sus ganas de comer”, añade la experta. Tenemos que ser consciente de que el peso no se mantiene solo. “Hay que cuidarse, llevando una alimentación equilibrada y ajustando lo que comemos al gasto energético que realizamos” (Dra. Monereo).
El tratamiento para la obesidad consiste en una dieta equilibrada en la que haya una disminución de la ingesta de energía, y la realización de ejercicio físico para gastar energía. En caso necesario, “podemos utilizar también fármacos para ayudar al paciente a realizar una menor ingesta y estar más tranquilo cuando disminuye el consumo de calorías. En este grupo es donde se encuentra Mysimba®, que ya se utiliza en otros países con una gran eficacia”, apunta el Dr. Pedro Pablo García, responsable de la Unidad de Obesidad del Hospital Virgen Rocío de Sevilla.
“El exceso de grasa corporal es una enfermedad que, por sí sola, causa numerosas comorbilidades, empeora la calidad de vida, aumenta la mortalidad y genera un elevado coste social y sanitario. Hay que tratarla”, explica el Dr. Pedro Pablo García.
En España, según los datos de la Encuesta Europea de Salud en España (EESE), la prevalencia conjunta de la obesidad y sobrepeso de la población adulta alcanza el 60,7 por ciento en hombres y el 44,7 por ciento en mujeres. Estas cifras se han duplicado en los últimos 25 años. El tratamiento con Mysimba se debe interrumpir transcurridos 16 semanas en el caso de que el paciente no haya perdido como mínimo un 5% del peso corporal inicial.