El efecto más negativo que tienen los procesos de desfinanciación es que el mercado se dirige a otros productos que continúan financiados, en algunos casos más caros, es decir que se produce un efecto de desplazamiento. Los procesos de desfinanciación deben proseguir en el futuro, porque mejoran la calidad del mercado financiado, en unos casos eliminando productos de escasa eficacia y, en otros, reforzando el mercado de autocuidado.