Leire Pajín señaló que la intención es que los médicos puedan prescribir la cantidad exacta de medicamentos que necesita un paciente y que éste no acumule excesivos medicamentos. Asimismo, anunció que a partir de ayer se empezaron a distribuir en las farmacias las monodosis de ibuprofeno y paracetamol, con un diseño que permite al farmacéutico quedarse con el código de barras y que también incorpora el código de braille para ciegos. Esta iniciativa, recientemente aprobada por el Ministerio, tiene el objetivo de implantar la venta de fármacos en unidosis como medida de ahorro en la factura farmacéutica. Según el Ministerio, también supone un salto cualitativo y cuantitativo en la política de uso racional de los medicamentos y previene la posible venta ilegal de medicamentos sobrantes, a la vez que calcula que reduce el coste de tratamiento en Urgencias por automedicación, el 20% del total de urgencias médicas. Aún así, Leire Pajín no dio una cifra sobre al ahorro exacto que esta medida supondrá para el Sistema Nacional de Salud, a la espera que se ponga en marcha la venta de monodosis para poder presentar datos reales.
La ministra de Sanidad avanzó que se irá “ampliando el número de medicamentos en monodosis” con otros de uso masivo, como el homeprazol. También apuntó que se trabajará en la fabricación de envases, preferentemente de antibióticos, que contengan el número exacto de píldoras que necesite un tratamiento concreto o en que se puedan fraccionar los medicamentos en la misma farmacia.
Durante la visita, Leire Pajín estuvo acompañada de Jordi Ramentol, consejero delegado de Ferrer, y de altos ejecutivos de la empresa, junto al secretario general de Sanidad, José Martínez; el director general de Farmacia, Alfonso Jiménez; y la directora de Onedose Pharma, Rosa Pardina. Ferrer ha invertido 20,5 millones de euros en las instalaciones, de 13.800 metros cuadrados y que cuentan con la certificación ambiental Leed Gold. FV
{jcomments on}