La situación está lejos de normalizarse. Hasta 99 presentaciones distintas se encontraban en falta de suministro en la primera semana de febrero. Durante el primer mes del año, las notificaciones semanales comunicadas por las oficinas de farmacia de la Comunidad de Madrid no han bajado del centenar, según los datos recabados por el Sistema de Información de Desabastecimientos de Madrid (Sidem) del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, que recoge información semanal de 422 oficinas de farmacia.
Entre los grupos terapéuticos más notificados por problemas de suministro, figuran principios activos tan conocidos como ibuprofeno y paracetamol, antihipertensivos (losartán y valsartán), analgésicos (tramadol), antidepresivos (fluoxetina), antiácidos (famotidina), antiinflamatorios y antirreumáticos no esteroideos (glucosamina) o antipsicóticos (risperidona), entre otros.
De los 20 medicamentos con más faltas de suministro comunicadas por las farmacias madrileñas durante la última semana, solo cuatro (el antiepiléptico Mysoline, el antibiótico Pylera, el antiácido Opiren y el antihistamínico Afluon) superan los 10 euros a PVP. La gran mayoría de fármacos (15 presentaciones), cuyo desabastecimiento se ha informado con mayor frecuencia, tiene un precio inferior a cinco euros.
De cara a la población, conviene precisar que la gran mayoría de los medicamentos que presentan faltas de suministro disponen de alternativas terapéuticas con el mismo principio activo, si bien hay desabastecimientos que sí están teniendo un impacto en la continuidad del tratamiento. Es el caso del colirio Colircusí Ciclopléjico, en desabastecimiento temporal hasta el 29 de febrero, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS); o Buscapina compositum comprimidos, indicado para el tratamiento del dolor agudo post-operatorio o post-traumático moderado o intenso y del dolor de tipo cólico. Hasta el 4 de abril no está previsto que su suministro se normalice.
Otra presentación desabastecida desde septiembre cuya falta puede generar problemas a los pacientes que sufren de epilepsia es Mysoline, un antiepiléptico sin alternativa ni genérico que utilizan muchos afectados como tratamiento de larga duración. La AEMPS ha ampliado el tiempo de interrupción de suministro hasta el 31 de mayo. Medicamentos como el antihipertensivo Adalat o Uralyt-Urato, indicado para el tratamiento de cálculos (piedras) del aparato urinario, se encuentran en falta desde junio de 2018.
A lo largo de enero, el número de incidencias se ha mantenido próximo al centenar, con semanas que han alcanzado picos de 111 o 108 presentaciones comercializadas afectadas. Si bien estos datos suponen una mejoría respecto a las faltas comunicadas en julio, que superaron las 150 presentaciones durante tres semanas seguidas, o el mes de noviembre (129 presentaciones), las notificaciones de Sidem indican que la situación de suministro de las oficinas de farmacia no se ha normalizado todavía y que el problema sigue generando trastornos a los pacientes y a los propios farmacéuticos.