La crisis desatada por la pandemia de la covid-19 ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar importantes cambios que ayuden al sistema sanitario en España. Algunos ya se preveían, pero la situación vivida los últimos meses ha acelerado la necesidad de llevarlos a cabo para rebajar la presión del sistema y conseguir que sea sostenible. En España existen más de 800 hospitales de titularidad, dimensiones y tipología variada, que suman más de 155.000 camas. Hoy unas 940.000 personas trabajan en la atención sanitaria, de ellas más del 70% en el sector público.
ISS España, compañía líder en Facility Management y workplace, ha reunido a profesionales del sector sanitario de nuestro país para reflexionar sobre cómo los espacios de trabajo y los servicios no asistenciales influyen en los profesionales de la salud y en la atención a los pacientes en el marco del I Foro de Bienestar Sanitario. El concepto, impulsado por ISS España pretende trascender el ámbito estrictamente asistencial para fijarse en cómo puede mejorar la salud, experiencia y seguridad de pacientes y profesionales desde actuaciones no asistenciales, como la humanización, el diseño de los espacios o el trabajo de los servicios de limpieza, restauración y mantenimiento.
Una de las conclusiones en la que coinciden todos los expertos es que la pandemia ha supuesto un punto de inflexión en la valoración y atención de los entornos, estrategias, acciones y servicios no asistenciales y que para mejorar tanto la salud como la experiencia y seguridad de los pacientes es necesario llevar a cabo actuaciones en estos ámbitos. “Para consolidar y desplegar el bienestar sanitario es necesario partir desde una visión integral, ya que este no deja de ser un objetivo común en cuya consecución están implicados y comprometidos todos los eslabones de la cadena de la atención sanitaria”,afirma José Enrique Aguilar, director de la división Sanidad de ISS España.
Formación y capacitación de los profesionales no asistenciales
Otro punto en el que los expertos reunidos también han incidido es en la necesidad de llevar a cabo actividades formativas y de especialización de los profesionales no vinculados directamente con la práctica médica asistencial. Una de las consecuencias que se vio de la pandemia fue como estos colectivos no asistenciales resultaron también parte fundamental del sistema sanitario.
Como cambio de paradigma, la formación “debe alcanzar, en primer lugar, a todos los profesionales de la organización, ya sean internos o de empresas que prestan sus servicios. Después hay que pensar en cómo incrementar la capacitación de todos ellos, siempre con la mirada puesta en los profesionales y en los pacientes”, ha destacado María Emilia Gil, directora técnica de la Unió Catalana d’Hospitals, asociación de entidades sanitarias y sociales.
La importancia de la salud física y emocional de profesionales y pacientes
La emergencia sanitaria que se desencadenó en marzo de 2020 ha afectado a la salud física y emocional de todos los trabajadores del sector sanitario y de los pacientes. Los centros asistenciales han afrontado transformaciones sobre la marcha para responder a los períodos más críticos de la pandemia que han supuesto habilitar nuevos espacios; restringir el acceso a familiares y establecer nuevos circuitos de comunicación para facilitarles información diaria; nuevas señalizaciones y multiplicar los protocolos de prevención de higiene y equipamientos de protección, entre otros muchos aspectos.
Los profesionales asistenciales y no asistenciales se han visto sometidos a una enorme presión durante los últimos meses que, según los expertos, les puede pasar factura, de forma que será necesario impulsar un sistema de gestión que incorpore planes de humanización, participación y mecanismos para atender a la seguridad y la salud emocional de profesionales y pacientes. “La salud emocional ya está en la agenda de la administración, pero no debemos olvidar la salud física, ahora el reto es aliviar las listas de espera que ha engrosado la pandemia y, en este sentido, los centros privados tienen que colaborar para aliviar el sistema público de salud” afirma Helena San Juan, representante de ASPE (Alianza de la Sanidad Privada Española).
Aplicación de la innovación y nueva concepción de los espacios
También la pandemia demostró que la innovación y la tecnología constituyen uno de los pilares sobre los cuales debe sostenerse el bienestar sanitario, pero es necesario que su aplicación se realice respondiendo a un modelo previamente definido y compartido. La pandemia nos está obligando a cuestionar y replantear muchos elementos de nuestro modelo sanitario. “Antes de implantar la tecnología primero hay que establecer el modelo a seguir. Por ejemplo: ¿cómo se coordinan los diferentes niveles asistenciales y de soporte? ¿cómo se pagan? ¿cómo utilizar el IoT? y después identificar cómo la tecnología nos puede ayudar”, afirma Manel Balcells presidente del Consell Assessor del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.
Algunas de las ideas surgidas durante el foro apuntan a la necesidad de acelerar la telemedicina a partir de la descentralización, potenciar el diálogo competitivo entre los diferentes agentes del sistema sanitario, una mayor formación para propiciar un cambio de mentalidad, reorientar los concursos y licitaciones públicas en la línea de los procesos de compra pública innovadora o la asunción de liderazgo, tanto dentro de las organizaciones como desde la Administración. “Se deben crear estándares que fijen unos criterios mínimos, por ejemplo, de la calidad que debe tener el sistema sanitario o de la creación de los horizontes para los grandes retos del país. Solo pensando estratégicamente, se puede establecer una prioridad de recursos”, apuntó Ricard Gratacòs, director de Hospitecnia.
El último aspecto que considera el Bienestar Sanitario son los espacios. Otra enseñanza de la emergencia sanitaria de la covid-19 fue que los espacios de un centro sanitario pueden transformarse y adaptarse a nuevos usos en muy poco tiempo. La arquitectura, diseño y calidad y seguridad de los espacios influyen de manera significativa en este nuevo modelo de atención sanitaria.