La llegada de la medicina de precisión ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje terapéutico del cáncer, ya que permite tomar decisiones terapéuticas en función de las características genómicas y moleculares de los pacientes. En concreto, la incorporación de pruebas diagnósticas que ayuden a identificar nuevos biomarcadores es uno de los pilares en los que se basan actualmente los comités multidisciplinares de tumores para determinar tratamientos con una mayor especificidad y, por tanto, una mayor eficacia y menor toxicidad comparados con los tratamientos convencionales.
Se estima que en 2021 más de 3.600 mujeres serán diagnosticadas de cáncer de ovario en España. Esta enfermedad, como otros tumores malignos, se produce como consecuencia de una acumulación de alteraciones genéticas que causa un crecimiento y proliferación incontrolada de las células epiteliales. Es la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres tras el colorrectal, de mama, pulmón y páncreas y la primera causa de muerte debido a un cáncer ginecológico.
Su elevada mortalidad se explica, principalmente, por el tardío diagnóstico de la enfermedad. La mayoría de las pacientes (70-80%) se diagnostican en una etapa avanzada, debido a la ausencia de síntomas específicos al inicio y a la ausencia de métodos de detección precoz eficaces. En este sentido, las herramientas de medicina de precisión que permiten identificar subgrupos de pacientes podrían suponer un gran avance en el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad.
Aproximadamente la mitad de los tumores diagnosticados pueden presentar una Deficiencia en la Recombinación Homóloga (HRD, por sus siglas en inglés). De hecho, alrededor del 20% de los cánceres de ovario son hereditarios, asociados a mutaciones germinales de los genes BRCA 1/2.
Los genes BRCA 1/2 forman parte del grupo de “genes supresores de tumores” y contienen información para la producción de unas proteínas implicadas en la reparación del ADN y, por tanto, en el mantenimiento íntegro del genoma.
Todos los tumores con estado HRD (incluidos aquellos con mutación en los genes BRCA1/2) presentan una incapacidad de reparar correctamente el ADN y, por tanto, son más sensibles a ciertas quimioterapias y/o tratamientos personalizados.
Cambio de paradigma con la determinación de HRD
Actualmente, existen métodos de determinación que posibilitan establecer un abordaje en función del perfil genético del tumor. No sólo permiten identificar el estado HRD, sino también mutaciones en los genes BRCA1/2 y en otros genes adicionales de la vía de la recombinación homóloga.
Para los especialistas, este tipo de pruebas diagnósticas juegan un papel importante en la práctica clínica habitual. “Nos permiten identificar a las pacientes de carcinoma seroso de alto grado que se pueden beneficiar de tratamientos dirigidos a tumores con déficit de reparación del daño al ADN mediante recombinación homóloga”, explica el Dr. Eduardo Salido, jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Canarias.
“Disponer de pruebas diagnósticas nos permite determinar mejor la clasificación del cáncer de ovario, ofreciéndonos información sobre el pronóstico y el beneficio potencial que pueden obtener de las distintas estrategias terapéuticas disponibles”, explica la Dra. Pilar Barretina, oncóloga médica del Instituto Catalán de Oncología (ICO) Girona.
Retos en el abordaje del cáncer de ovario
Actualmente, las guías clínicas de cáncer de ovario de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), recomiendan disponer de información sobre el estado de la recombinación homóloga del tumor antes de la toma de las decisiones terapéuticas.
“Estamos comprometidos con la innovación para mejorar la vida de las pacientes con cáncer de ovario. Nuestros esfuerzos, basados en la ciencia y la innovación, se dirigen a entender mejor la enfermedad y a dar respuesta con las mejores opciones de tratamiento en el menor tiempo posible a las pacientes”,afirma Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca España.
Por su parte, María Victoria Tornamira, directora médica de Oncología de MSD en España, explica que “nuestro compromiso último como compañía es mejorar la calidad de vida de los pacientes. En cáncer de ovario, la medicina de precisión puede ayudarnos a lograrlo a través del manejo individualizado de las pacientes según su perfil tumoral. En este sentido, la incorporación de pruebas diagnósticas desde el inicio puede permitir a los especialistas identificar el tratamiento más adecuado para cada paciente, repercutiendo positivamente en su beneficio y bienestar.
“Entre los retos principales en el abordaje del cáncer de ovario, se encuentran el desarrollo de estrategias de diagnóstico precoz y el establecimiento de subgrupos que puedan beneficiarse -o no- de una estrategia concreta. Además, deberíamos empezar a conocer los mecanismos de resistencia a los nuevos fármacos, o identificar nuevos que mejoren los resultados en el subgrupo mayoritario de pacientes -sin Deficiencia en la Recombinación Homóloga, con peor pronóstico y que obtienen un menor beneficio de los nuevos tratamientos”, concluye la Dra. Barretina.