La baja calidad de algunos productos cosméticos puede ocasionar molestias al paciente, a veces muy intensas, “como picor, enrojecimiento, sequedad, sensación de cuerpo extraño, dermatitis de contacto, intolerancia a las lentes de contacto e infecciones más o menos graves”, señala la doctora Andrea Sanz, responsable de la sección de párpados, órbita y sistema lagrimal de la Fundación Rementería. Entre los principales trastornos oculares que pueden derivarse de esos síntomas se incluye la queratoconjuntivitis, blefaritis alérgica y erosiones conjuntivales. “La causa más probable, tanto de la queratoconjuntivitis como de la blefaritis alérgica, es el formaldehido, sustancia prohibida en cosmética por su alto poder alergizante”, añade.
Las pestañas postizas más utilizadas en Carnaval son las que se componen de una tira que se adhiere con un pegamento a la piel lo más cerca posible de las pestañas propias. “Estas son las más usadas como complementos de disfraces ya que sólo sirven para un día y pueden adquirirse en mercadillos o bazares, donde no existe ningún control sobre su efecto en el ojo”, advierte la doctora Sanz.
Otro método cada vez más utilizado porque tiene un efecto más natural es el de las extensiones de pestañas, que consisten en la aplicación mediante un pegamento de pestaña postiza a pestaña propia, una por una y con una duración aproximada de un mes. En este caso, comenta, “es muy importante que tanto el material que compone la pestaña como el pegamento estén muy controlados, sin sustancias alergizantes, ya que el principal problema suele venir ocasionado por los productos empleados para ponerlas y quitarlas, que pueden entrar en el ojo o provocar alergia”.
Otro producto habitual durante el Carnaval es el tinte de pestañas cuyos principales problemas se relacionan con la introducción del tinte durante su aplicación. Por otro lado, se recomienda que las máscaras, el procedimiento cosmético más usado para las pestañas, “no se usen más de tres meses a pesar de que deben llevar conservantes debido al riesgo de contaminación por gérmenes muy nocivos para el ojo”, aconseja la doctora Sanz.
Además, tienen que incluir componentes que, además de ser bien tolerados por la piel, “no sean tóxicos para los ojos y usarse colorantes vegetales o pigmentos inorgánicos atóxicos que no liberen partículas que puedan dañar la superficie ocular”, concluye. FV
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