El número de casos nuevos de uveítis es de 52 por 100.000 habitantes/año. Y su pico máximo se da entre los 20 y 44 años. La patología ocular inflamatoria es la tercera causa de ceguera en países desarrollados en pacientes en edad laborar, y sin embargo continúa siendo bastante desconocida entra la población general. La Dra. Esperanza Pato, reumatóloga del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid y coordinadora del XIV Curso básico de Patología Ocular Inflamatoria de la SER, ha elaborado un resumen con conocimientos básicos sobre cómo tratar las uveítis.
¿Qué es la uveítis?
Es una inflamación dentro del ojo que puede estar producida por múltiples causas: propiamente oculares, infecciones, enfermedades sistémicas etc. Puede afectar a una región anatómica del ojo o a varias regiones y, según la zona afectada y la causa que la produzca, el tratamiento y el pronóstico de la uveítis varía. Se pueden distinguir varios tipos de uveítis según la zona anatómica del ojo afectada: las que se desarrollan en la parte anterior del ojo (uveítis anteriores), las que se desencadenan en el polo posterior del ojo (uveítis intermedias y uveítis posteriores) y las que afectan a ambas zonas (panuveítis).
Tratamientos
Para establecer el tratamiento correcto es fundamental determinar la región del ojo afectada, según lo expuesto anteriormente, e intentar conocer la causa de la uveítis. Pero, aunque la causa no se sepa se debe tratar la inflamación lo antes posible para evitar complicaciones a largo plazo. Los tratamientos varían según la zona del ojo afectada. Así distinguimos:
Tratamiento de la uveítis anterior: La uveítis anterior es un proceso que generalmente tiene buen pronóstico, con excelente respuesta a colirios oculares de corticoides tópicos y midriáticos o ciclopéjicos. Los midriáticos son colirios que dilatan la pupila para dejar el ojo tranquilo pero alteran la visión y limitan la vida diaria. A pesar de ser un proceso benigno, se debe considerar una urgencia médica y no debe diferirse el tratamiento para evitar secuelas. Las gotas oculares hay que ponerlas de forma frecuente, sobre todo al inicio del episodio, según el grado de inflamación del ojo y se va retirando de forma gradual según indique el oftalmólogo, pero en general se debe mantener entre 4-8 semanas.
Ocasionalmente, en casos de inflamación muy intensa o de mala respuesta a los colirios se puede requerir una infiltración periocular de corticoides. La infiltración es un pinchazo que se realiza alrededor del ojo y que se hace en la consulta ambulatoria.
Hay un número reducido de pacientes que pueden tener brotes repetidos de uveítis anterior y aunque el pronóstico de cada brote sea bueno, la visión mientras dura el tratamiento con los colirios que dilatan la pupila no es buena y los colirios de corticoides tópicos también pueden tener efectos secundarios en el ojo si hay que usarlos de forma muy frecuente. En estos casos se puede plantear un tratamiento con fármacos orales que han demostrado disminuir el número de brotes.
Tratamiento de la uveítis posterior e intermedia: Este cuadro se trata de un tipo de uveítis más grave, con posibilidad de ceguera si no se trata con premura. Lo primero hay que descartar que la uveítis no sea de causa infecciosa y después se inicia el tratamiento con corticoides orales en una dosis adecuada al grado de inflamación ocular y una vez se controla la inflamación se reduce de forma gradual hasta la mínima dosis que sea eficaz o se pueden suspender. Los corticoides pueden producir problemas como nerviosismo, aumento del apetito y de peso, etc. Por estos motivos es importante un seguimiento estrecho para minimizar estos problemas en todo lo posible.
Hay casos que no responden bien a los corticoides o tienen un nuevo brote al bajar la dosis, en esos casos se utilizan otros fármacos, los inmunosupresores, que ayudan a ahorrar corticoides y controlar la inflamación. Estos fármacos inmunosupresores se suelen mantener de forma prolongada y requieren un seguimiento muy estrecho por parte del equipo de oftalmólogos y reumatólogos que manejen la uveítis para controlar los efectos secundarios que pueden producir.
En los últimos años se están utilizando fármacos biológicos de forma compasiva, es decir, solicitando autorización previa, demostrándose su utilidad en casos graves que comprometen la visión. Con todos estos tratamientos lo que se intenta conseguir es un control rápido de la inflamación para que no dañe estructuras importantes del ojo que dejen secuelas en la visión y evitar los brotes de inflamación repetidos.
Algunos consejos que pueden ser útiles
- Uso de lentillas y gafas. Durante los brotes de uveítis no se permite el uso de lentillas. Las gafas se pueden utilizar sin ningún problema. Una vez pasado el brote y cuando la enfermedad esta inactiva se pueden utilizar de nuevo las lentillas.
- Dejar el tabaco. Fumar de forma regular hace que la probabilidad de que una persona padezca esta enfermedad a lo largo de su vida se vea aumentada hasta dos veces, así como agravarla en las personas que ya la sufren. Los cigarrillos contienen radicales libres que pueden llevar a la inflamación vascular o al desarrollo de enfermedades sistémicas, dos de los desencadenantes de la uveítis.