La biometría ocular y el cálculo de lentes intraoculares han evolucionado enormemente en los últimos 60 años, desde que en 1950 el Doctor Ridley implantase la primera lente intraocular en una operación de cataratas. La ciencia y la tecnología en este sector han progresado hasta alcanzar una precisión altísima, así lo demuestra el optometrista de Clínica Baviera Palma de Mallorca, José Antonio Calvache, en su estudio sobre esta disciplina oftalmológica que registra en el libro “Manual de Biometría Ocular y Cálculo de Lentes Intraoculares”.
El optometrista José Antonio Calvache desvela los entresijos de este “arte”, las claves para realizar cálculos precisos y las dificultades a las que se enfrentan. Aspectos que se tienen que tener en cuenta para poder “medir con precisión, algo que es clave para la correcta implantación de lentes intraoculares. Es importantísimo poder evitar errores en el cálculo, hoy en día trabajamos con márgenes de error de 0,01 mm, además se deben establecer métodos de contraste de medidas y resultados para proporcionar el valor de potencia de la lente que el cirujano implantará al paciente”, explica Calvache.
Entre las claves para conseguir una precisión en el cálculo de las lentes intraoculares están tanto la instrumentación oftalmológica como la experiencia del biometrista y del oftalmólogo; pero también es fundamental conocer la historia quirúrgica ocular del paciente; conocer el estado refractivo, es decir, el uso de gafas y su graduación; realizar la medida de los parámetros biométricos; por otro lado, antes de la implantación se debe comprobar que los datos cuadran con la refracción del paciente para lograr que tras la operación el paciente corrija su defecto refractivo y prescinda de corrección óptica para prácticamente cualquier actividad, tanto de visión lejana como cercana por medio de las lentes multifocales.
La principal dificultad para este cálculo se encuentra en la medida de la longitud total del globo ocular, de la profundidad de sus cavidades internas y de la potencia de la córnea. Mientras los primeros biómetros utilizaban ultrasonidos a través de un funcionamiento similar al que utilizan los murciélagos, en la actualidad, los modernos biómetros ópticos utilizan la luz para realizar estas medidas, mediante métodos interferenciales, lo que según el optometrista de Clínica Baviera permite mejorar la precisión y realizar la medición de forma más rápida y cómoda para el paciente, sin necesidad de anestesiar el ojo.