La vacunación constituye la principal herramienta preventiva frente a la enfermedad neumocócica en los adultos, sobre todo de aquellos con más de 65 años, inmunodeprimidos o con alguna patología crónica. Sin embargo, bien por desconocimiento, bien por falta de mentalización de que las vacunas no son solo cosa de niños, sino que también pueden ser usadas por los adultos, “se produce una infrautilización de la misma”. Así lo ha asegurado el doctor Fernando González Romo, del servicio de Microbiología del Hospital Clínico de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Quimioterapia, Infección y Vacunas (SEQ), durante el XIX Congreso Nacional y VIII Internacional de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH).
Este encuentro, celebrado los días 14, 15 y 16 de junio en Valencia, ha permitido abordar el Consenso suscrito y actualizado por 18 sociedades científicas este año, que recomienda vacunar con la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente a todas las personas de 65 o más años de edad, además de a aquellas con alguna patología de base, con independencia de su edad.
Este mismo documento reconoce que, “desgraciadamente, aún existe margen de mejora en la aplicación en la práctica clínica de este tipo de recomendaciones”. Se ha puesto en evidencia en pacientes nefrópatas donde, en un estudio retrospectivo sobre 362 trasplantados publicado en 2016, el 45% no había recibido ningún tipo de vacunación antineumocócica . Asimismo, un estudio realizado en Cataluña entre más de 2 millones de personas mayores de 50 años confirmó que apenas el 0,2% había recibido la vacuna antineumocócica conjugada de 13 serotipos; en el caso de los pacientes de alto riesgo, los porcentajes no superaban el 1,2% para dicha vacuna .
El doctor González Romo ofrece nuevos datos sobre la variabilidad de las coberturas en España. “En un estudio publicado en 2016 con pacientes ingresados con patología crónica, los porcentajes oscilaban entre algo más del 30 y el 60%. Uno de cada tres pacientes inmunodeprimidos, el 37%, estaban vacunados. Los más vacunados eran los pacientes con asplenia (ausencia de bazo), alcanzando una cobertura del 66 por ciento. Y sin embargo, el 100% de ellos debería estar vacunado, ya que es una de las patologías donde más evidente es la indicación ”, ha asegurado este experto.
De cara a aumentar las coberturas, este experto ha destacado la necesidad de aumentar la colaboración entre los diferentes niveles asistenciales y fomentar la concienciación de que la indicación del médico juega un papel muy importante. “El propio Ministerio de Sanidad insta a todos los médicos a informar a todos los pacientes sobre la posibilidad de prevenir la enfermedad neumocócica mediante vacunación. Y aunque esta vacuna pueda no estar financiada en algunos casos, el paciente puede adquirirla por su cuenta”, ha recordado González Romo.
Una medida coste-efectiva
También la Organización Mundial de la Salud lleva años lanzando el mensaje de que la vacunación debe formar parte de la práctica clínica diaria de los médicos de Atención Primaria y de los especialistas, tanto para adultos como para niños. “Puede ahorrar muchas vidas de manera fácil y a un coste asumible”, ha asegurado este experto.
En España, un estudio publicado el año pasado confirmó la relación positiva entre coste y eficacia por cohorte de edad a partir de los 65 años. Dicho análisis determinó que el empleo de la vacuna anineumocócica conjugada trecevalente en un periodo de 5 años evitaría en una cohorte de entre 65 y 69 años alrededor de 10.360 casos de enfermedad neumocócica, 699 muertes y supondría 14.736 años de vida ganados, lo que solo en costes directos representa un ahorro neto acumulado de 3,8 millones de euros a precios constantes (4,9 millones a precios corrientes), resultando eficiente para el Sistema Nacional de Salud .