Esther Margarit de Miguel, enfermera y psicóloga especializada en oncología, es la responsable de dirigir las sesiones de relajación que Kālida Sant Pau ha organizado para personas con cáncer, a las que también pueden asistir sus cuidadores y familiares.
Margarit explica que en estas clases se abordan diferentes técnicas, algunas de ellas sencillas pero efectivas, para conseguir paliar o mejorar los efectos secundarios del tratamiento médico. Entre ellas el control de la respiración, “la práctica de la respiración profunda ofrece beneficios tales como reducción de náuseas o mejoría del dolor muscular durante el proceso oncológico”, explica. Por su parte, la Relajación diferencial, que consiste en realizar breves ejercicios musculares de tensión-relajación, es efectiva para tomar consciencia de las tensiones corporales y así contribuir en la disminución o control del dolor.
La Imaginación guiada es una forma de visualización que requiere capacidad de concentración y que permite alcanzar niveles más profundos de relajación en menos tiempo. “La persona imagina escenas, sonidos, olores… asociados con un ambiente relajado, placentero y seguro, que favorecen sentimientos de tranquilidad y sosiego, algo muy importante en este momento de sus vidas”, añade.
Por último, la meditación es también un recurso muy efectivo para paliar algunos efectos del cáncer. Uno de sus cometidos es serenar la mente y las emociones, por eso la práctica continuada ayuda a mejora el estado de ánimo, a ser más positivas, a reducir la tensión que les produce su estado, a prevenir el insomnio y, además, a fortalecer la capacidad de recuperación de su cuerpo.