El nuevo sistema de grados clasifica las alteraciones del ADN tumoral de acuerdo con su relevancia como marcadores para seleccionar pacientes para el tratamiento dirigido, de acuerdo con la consistencia de las pruebas clínicas que las apoyan. Es la primera vez que se ha desarrollado una clasificación que es relevante para todos los posibles medicamentos oncológicos dirigidos, no solo aquellos que han sido aprobados para el uso por los organismos reguladores nacionales. La clasificación también permite actualizar las mutaciones en sentido ascendente o descendente en respuesta a los nuevos datos disponibles.
“Por primera vez, ESMO ha creado las herramientas para esclarecer qué datos son necesarios para que una mutación sea considerada viable y cómo esto puede cambiar como respuesta a nuevos datos clínicos”, afirma el Dr. Joaquín Mateo, principal autor del artículo e investigador principal del Grupo de Investigación Traslacional en el Cáncer de Próstata del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), Barcelona, España. A medida que ESMO divulgue la escala ESCAT en la práctica clínica, se espera que los centros oncológicos y los laboratorios incluyan de forma rutinaria la clasificación por niveles I-V de las mutaciones genómicas de los pacientes en los informes clínicos y de laboratorio y discutan los resultados en comités de tumores y reuniones.