Los beneficios de la estimulación cerebral profunda para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson la han consolidado como una terapia efectiva frente a esta enfermedad neurodegenerativa. Actualmente, más de 30 hospitales de toda España ponen a disposición de los pacientes esta terapia basada en la estimulación eléctrica de determinadas áreas del cerebro mediante un pequeño implante. Según datos de Medtronic, líder mundial en tecnología sanitaria y compañía involucrada en el tratamiento del párkinson, más del 85% de los pacientes tratados con estimulación cerebral profunda han mejorado su capacidad funcional, pudiendo valerse por si mismos para realizar tareas cotidianas como comer o vestirse.
Consciente de ello, Medtronic se ha sumado a la campaña “La Otra Cara Del Párkinson” de la Federación Española de Parkinson (FEP) para reivindicar la complejidad de esta enfermedad, su alto impacto en pacientes y cuidadores y la importancia de poner a su disposición opciones terapéuticas viables y efectivas. Desde la compañía defienden que, a pesar de que el párkinson actualmente no tiene cura, su objetivo es conseguir ralentizar la progresión de los síntomas y que las personas que lo sufren tengan la mejor calidad de vida posible. En la actualidad, según datos del Libro Blanco del Párkinson en España se estima que esta enfermedad afecta a más de 160.000 personas a nivel nacional2 y se espera que esta cifra se duplique en los próximos 20 años3.
A este respecto, desde la FEP defienden que las personas con párkinson pueden ser muy diferentes y tener múltiples necesidades. Por ello, el segundo objetivo de la campaña es desmitificar la imagen errónea que existe sobre esta enfermedad, que se suele asociar a ancianos, y derribar los prejuicios que la rodean.
La personalización del tratamiento es clave para el control de los síntomas motores
En la misma línea, el abordaje terapéutico del párkinson también será diferente para cada persona. Por ello, una de las claves de los beneficios de la estimulación cerebral profunda es que permite adaptar la terapia a las necesidades de cada uno de los pacientes. El neurólogo especialista en trastornos del movimiento puede ajustar en consulta la intensidad de la neuroestimulación y su radio de acción en base a las características de cada paciente. Además, entre sus beneficios también se encuentra una reducción del consumo de fármacos y, con ello, de los posibles efectos adversos provocados por la medicación.
Para ajustar aún más el tratamiento y aumentar el grado de personalización, los dispositivos más avanzados de estimulación cerebral profunda permiten recoger información acerca de la actividad cerebral de los pacientes de forma simultánea. Así, los médicos involucrados en el abordaje del párkinson pueden analizar las señales cerebrales del paciente y relacionarlas con los eventos registrados, como pueden ser nuevos síntomas, posibles caídas o efectos secundarios asociados a los fármacos. Esto favorecer un tratamiento más personalizado y basado en datos más precisos que pueden complementar el relato de pacientes y cuidadores acerca de su día a día.
A pesar de ello, uno de los retos a lo que se enfrentan los profesionales sanitarios es la identificación del momento más indicado para realizar un cambio en el tratamiento, lo que en enfermedad de Parkinson se conoce como ventana de oportunidad. Para iniciar una terapia de estimulación cerebral profunda esta ventana de oportunidad viene determinada por una reducción de la efectividad de los fármacos en el control de los síntomas motores de la enfermedad.
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