La influencia del correcto funcionamiento y estado del hígado sobre el organismo es innegable; y es que este órgano, uno de los más grandes, está implicado en la extracción de nutrientes, acumulación de energía y eliminación de sustancias tóxicas.
Por ello, ‘hablar de un porcentaje cercano al 30% de la población mundial con afectaciones hepáticas como el hígado graso, es hablar de una epidemia’ señala el doctor Francisco Reina, especialista en Aparato Digestivo recientemente incorporado al equipo médico del Hospital Quirónsalud Huelva.
Esta patología actualmente denominada hígado graso asociado a la disfunción metabólica (MAFLD, sus siglas en inglés) anteriormente era conocida como enfermedad de hígado graso no alcohólico, pero tras numerosos estudios se determinó esta nueva nomenclatura ya que sus causas se deslingan de la ingesta de bebidas alcohólicas como principal factor motivador.
Según el doctor Reina, este tipo de afectación hepática es diagnosticada cuando en más del 5% de las células del hígado existe una acumulación de lípidos. Si este acúmulo de grasa en el hígado produce un proceso inflamatorio y daño celular, entonces estaríamos ante una esteatohepatitis (25-30% de los hígados grasos). Si se mantiene en el tiempo la esteatohepatitis, el 15% puede producir una fibrosis hepática (cicatrización del tejido hepático) y posteriormente a cirrosis hepática (estadio final de la enfermedad).
Los principales factores de riesgo en el desarrollo del hígado graso es la presencia de factores de riesgo metabólico como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la obesidad y la dislipemia. ‘No podemos olvidar que una ingesta diaria superior a 2 cervezas de 33ml supone también un factor de riesgo’ afirma el especialista. Además, el consumo de determinados fármacos, la psoriasis, la celiaquía o enfermedades raras como la enfermedad de Wilson también está relacionadas con el desarrollo de la enfermedad.
Ya que nos encontramos ante una patología muy relacionada con la presencia de otras enfermedades y caracterizada por ser silente, su diagnóstico se confirma con la realización de una ecografía abdominal. Esta prueba de imagen se realiza tras sospecha diagnóstica a pacientes obesos con algún factor de riesgo metabólico como diabetes mellitus tipo 2, consumo elevado de alcohol, psoriasis, antecedentes familiares de cirrosis hepática por hígado grado o ≥2 factores de riesgo metabólico y también por alteración de las enzimas hepáticas tras análisis de sangre.
‘Un factor muy importante una vez diagnosticado el hígado graso metabólico, es descartar que haya una fibrosis hepática avanzada’, señala el doctor Reina, que se consigue por índices serológicos (analítica) o por prueba no invasiva (elastografía basada en ultrasonidos). Esta última se suele realizar como primera opción o cuando los índices serológicos dan valores indeterminados o elevados.
Esta medición de la fibrosis hepática es muy importante, dado que va a marcar el pronóstico de la enfermedad y, por tanto, si requiere o no seguimiento en la consulta del especialista en Aparato Digestivo. ‘Si descartamos fibrosis hepática avanzada el control con el especialista se mantendría de manera anual en casos de padecer Diabetes Mellitus tipo 2, o seguir con hábitos de riesgo metabólico’.
En el control de los factores de riesgo radica el tratamiento actual contra el hígado graso. ‘Hoy en día, no existe un fármaco aprobado para combatir esta enfermedad por lo que el paciente debe perder peso, evitar la hipertensión arterial, controlar la dislipemia, así como el consumo de alcohol para disminuir la grasa hepática y/o la progresión de esta.
El servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Huelva está compuesto por un equipo de profesionales, en crecimiento, y altamente cualificado para el diagnóstico y tratamiento de patologías digestivas como enfermedad ulcerosa, helicobacter pylori, reflujo gastroesofágico, enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa; enfermedad celiaca, hepatitis virales, cirrosis hepática, enfermedades pancreáticas, entre otras, así como la repercusión que tienen sobre el correcto funcionamiento del organismo. Para ello, cuentan con la última tecnología y con el propósito de ofrecer a cada paciente un tratamiento personalizado y eficiente.