Para lograrlo ha sido necesario desarrollar una tecnología adhoc, específica y revolucionaria, mediante bioingeniería informática, con la que se han podido localizar este tipo variaciones.
La investigación marca una nueva estrategia en la búsqueda de genes asociados al envejecimiento y se basa en el estudio de cada una de esas 35 variaciones (SNPs) para determinar si un individuo responde mejor que otro a un tratamiento cosmético o qué riesgos tiene de padecer alteraciones que pueden provocar envejecimiento prematuro de la piel. El análisis de estos SNPs da información sobre el potencial de respuesta cutánea de cada individuo y del régimen dermocosmético más idóneo a seguir, en función de las características personales y de la susceptibilidad genética.
La determinación del mapa de SNPs de cada individuo permite predecir cómo será la piel del futuro y desarrollar una solución cosmética única y personalizada basada en el análisis del perfil genético. FV
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