El Centro de Endocrinología de La Coruña es el primero de España en utilizar láser sin anestesia para la eliminación de nódulos benignos de tiroides. La nueva técnica, que ha sido probada con éxito en más de 40 pacientes, ha sido desarrollada por el Dr. Pablo Vidal-Ríos y fue presentada el año pasado en el congreso mundial de esta especialidad en Denver, EE.UU.
La nueva estrategia consiste en tratar los nódulos tiroideos que crecen con láser en vez de con cirugía, evitando así los riesgos de la anestesia general, los intrínsecos de toda cirugía, así como las complicaciones específicas de este tipo de cirugía como son la disfonía (12%), la parálisis (5%) y la hipercalcemia (6%).
El tratamiento en sí dura aproximadamente 30 minutos. El procedimiento completo desarrollado por el Dr. Vidal-Ríos incluye 3 fases: preparación (30 minutos), láser sin anestesia (30 minutos) y observación (60 minutos) con collarín de hielo y monitorización de constantes. El tiempo total en la clínica es de 2 horas.
Esta nueva técnica supone un paso adelante muy significativo para el tratamiento de tiroides. Hay que tener en cuenta que actualmente, según el propio Dr. Vidal-Ríos, “se realizan demasiadas intervenciones quirúrgicas cuando solo el 10% de estas operaciones se deben a lesiones sospechosas de malignidad”. Es decir, que el 90% de las operaciones de tiroides se podrían evitar si se realizase precozmente la eliminación del nódulo por láser y sin anestesia.
Vidal-Ríos: una saga pionera de endocrinólogos españoles
El Centro de Endocrinología de La Coruña fue creado en 1994 y desde sus inicios está dirigido por el Dr. Pablo Vidal-Ríos, hijo del Dr. Ovidio Vidal-Ríos (1912-2007), uno de los primeros endocrinólogos en España siguiendo la estela del Profesor Gregorio Marañón.
Pablo Vidal-Ríos (1959) es Doctor en Medicina y Cirugía “cum laude” por la Universidad de Santiago de Compostela, investigador en el Hagedorn Research Laboratory de Gentofte, (Dinamarca) y en el Steno Memorial Hospital de la Universidad de Copenhagen; es miembro de diversas Sociedades Médicas y durante su carrera ha destacado también por ser uno de los especialistas pioneros en la aplicación de nuevas técnicas científicas dentro de su especialidad.
Por ejemplo, fue uno de los primeros endocrinólogos españoles en utilizar la ecografía tiroidea de forma rutinaria en clínica, en aplicar la ablación química con etanol en nódulos tiroideos benignos (que todavía hoy es muy útil en quistes tiroideos puros o mixtos) y en incluir las técnicas de elastografía (medición de la rigidez tisular) en los estudios de tiroides. También ha hecho aportaciones para reducir el dolor en estas técnicas microinvasivas, y ha desarrollado maniquíes para practicar y enseñar estos procedimientos. Más recientemente ha propuesto la elastografía cuantitativa para monitorizar la evolución de estos tratamientos locales de tiroides y ahora la eliminación térmica por láser pero sin utilizar ningún tipo de anestesia.
Tiroides: adiós al 90% de cirugías
La enfermedad nodular de tiroides es muy frecuente en la práctica clínica: se pueden palpar nódulos de tiroides en el 5% de la población. La generalización de técnicas de imagen de calidad para múltiples procesos ha eclosionado la detección de nódulos tiroideos que antes pasaban inadvertidos y que suponen una preocupación tanto para el paciente como para su médico.
Afortunadamente solo un 10% de los nódulos de tiroides son malignos. El 90% restante son benignos y en 5 años apenas crecerán (66%). Algunos incluso pueden disminuir de tamaño espontáneamente (18%). Pero el problema es que, aun siendo benignos, queda un importante 15% de nódulos que aumentan progresivamente y que son más numerosos que los nódulos malignos.
En estos nódulos benignos se han venido utilizando diferentes métodos para eliminarlos, como por ejemplo con radioactividad (ablación radioactiva) o simplemente de forma local con alcohol (enolización). A diferencia de la ablación radioactiva, que requiere que la lesión tiroidea sea hipercaptante, la ablación local percutánea puede realizarse en cualquier tipo de nódulo (hiper, normo o hipocaptante) ya sea mediante ablación química (enolización) o térmica (láser o radiofrecuencia).
La ablación química con etanol viene siendo un procedimiento habitual en los últimos tiempos caracterizado por utilizar el alcohol puro para precipitar las proteínas tisulares y así destruir el nódulo tiroideo benigno. La precipitación causa necrosis del tejido nodular, que se elimina de forma natural por el cuerpo humano gracias a los procesos normales de reparación celular. Además del alcohol, se han utilizado otras sustancias químicas, como acético, esclerosantes y otras, pero con resultados similares. Generalmente se utiliza en nódulos quísticos o mixtos. Aunque es una técnica útil, en ocasiones produce cierto grado de filtración o extensión errática del líquido y puede causar molestias indeseables.
Nuevo procedimiento
Sin embargo, la ablación térmica (radiofrecuencia, láser) es un procedimiento que utiliza el calor para destruir el nódulo tiroideo benigno. La técnica es similar a las enolizaciones de ganglios o nódulos intrahepáticos, aunque más sencilla por el fácil acceso superficial de la glándula tiroidea. Se suele aplicar en nódulos sólidos o con escaso contenido líquido.
En el caso de la radiofrecuencia el calor se genera por la oscilación a alta frecuencia de una corriente alterna que produce fricción iónica. Es decir, se trata de una corriente eléctrica que se vehiculiza hasta el interior del tiroides mediante una aguja especialmente gruesa porque incluye un sistema de refrigeración en su interior, y además precisa de una placa de 20 cm para toma de tierra que se coloca adherida en una pierna. Los problemas son que, si bien se trata de un método efectivo, la aguja empleada es gruesa, fácilmente puede dejar quemadura en el punto de inserción en la piel, el coste de esta aguja especial es elevado y por tratarse de electricidad el procedimiento podría tener riesgo de arritmia cardiaca en algunos pacientes.
Por el contrario, en el caso del láser se usa una aguja de grosor normal (21G) por la que se introduce una fibra óptica extrafina que es la que vehiculiza una luz láser (Nd-YAG 1064nm) que produce calor localizado. Un sistema de guía para la inserción de la aguja acoplado al sistema ecográfico permite adaptarse de mejor manera al tipo de nódulo (forma y volumen) y tipo de abordaje anatómico. El procedimiento se realiza con anestesia.
En el caso del método del Dr. Vidal-Ríos (láser, sin anestesia y monitorización con “triple imagen”) el procedimiento es totalmente ambulatorio y no requiere ningún tipo de anestesia ni general ni local. El paciente permanece despierto durante el procedimiento, lo que mejora significativamente la seguridad del tratamiento. Además de la monitorización automática de las constantes vitales, también se monitoriza el procedimiento mediante “triple imagen” tiroidea (ecografía de alta definición, doppler y elastografía). No hay incisiones ni puntos de sutura, y generalmente el procedimiento no tarda más de 20-30 minutos. Los pacientes pueden volver a su rutina normal al día siguiente.
Indicaciones clínicas
La ablación local percutánea está indicada en el tratamiento tanto de nódulos con clínica (síntomas o signos) de compresión local debido al crecimiento de un nódulo benigno solitario o dentro del contexto de un bocio multinodular, o de nódulos en paciente con contraindicaciones para una intervención quirúrgica con anestesia general o que rechaza someterse a una cirugía.
La ablación térmica con láser estaría especialmente indicada en nódulos sólidos o nódulos mixtos con escaso componente líquido (máximo del 20%).
Este tratamiento local percutáneo restaura la función normal de las estructuras anatómicas del cuello comprometida por el crecimiento de nódulos. Por otra parte, en el caso de nódulos visibles externamente, el tratamiento normaliza o mejora mucho la morfología del cuello. Los niveles hormonales tienden a volver a la normalidad después del tratamiento, evitando así la terapia con medicamentos de por vida.
España: crece el cáncer de tiroides
Conviene recordar que la incidencia del cáncer de tiroides está aumentando en España y en todo el mundo, aunque afortunadamente la supervivencia global es muy alta. En 2015 se diagnosticaron en nuestro país 2.442 tumores de tiroides en mujeres y 865 en hombres, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer y se prevé de 2 a 4 cánceres de tiroides por cada 100.000 habitantes en los próximos años, lo que lo convierte en el tumor que experimenta un crecimiento más rápido en ambos sexos, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Este cáncer sigue siendo más frecuente en mujeres, con 5 casos por cada 100.000 habitantes (en hombres, 1,9 casos).
La mortalidad asociada se mantiene baja. De los nódulos benignos, solo un 15% crecen y de éstos solo malignizan un 0,3%, correspondiendo fundamentalmente al subtipo de carcinoma papilar (80%). Por otro lado, hay que subrayar que el cáncer de tiroides supone la primera causa de neoplasias del sistema endocrino.
Seguridad probada
El Dr. Pablo Vidal-Ríos presentó sus resultados el pasado año en el congreso mundial de la American Thyroid Association (ATA) de Denver, EE.UU. El año anterior ya se había publicado un estudio1 con 1.531 pacientes en 8 centros donde también se concluyó que la reducción media de volumen del nódulo con tratamiento de láser alcanzaba el 72% y que las molestias pasaban del 49% al 10%.
En total, el Dr. Pablo Vidal-Ríos ha realizado más de 40 casos con su nueva técnica combinada de láser en aguja percutánea, sin anestesia y monitorización de triple imagen. Los resultados son espectaculares comparado con los métodos previos y totalmente satisfactorios.
Para el Dr. Vidal-Ríos, “la práctica real confirma que la ablación tiroidea con láser es clínicamente efectiva, reproducible y un procedimiento ambulatorio rápido. El tratamiento es bien tolerado y no registra riesgo de complicaciones mayores. Además, es mucho más barato porque no requiere hospitalización y podría evitar el 90% de las cirugías actuales de tiroides si se realiza a tiempo”. Este nuevo método supone una alternativa a la extirpación quirúrgica tradicional y una segunda opinión médica antes de pasar por quirófano.