La comunidad científica está de acuerdo, la lactancia natural es la mejor forma de alimentación en la infancia temprana. Los beneficios están comprobados: la leche materna tiene un excelente valor nutricional e inmunológico, aporta beneficios en el crecimiento, desarrollo y defensas desde la infancia hasta la madurez, favorece el desarrollo intelectual y cognitivo, facilita el establecimiento de flora bacteriana y potencia el vínculo afectivo entre la madre y el bebé.
En nuestro país, según las Encuestas Nacionales de Salud (ENS) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad que se vienen realizando desde 1995 y que se incluyen en el informe 2016 “Lactancia materna en cifras” a cargo del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, el porcentaje de lactancia materna se mantiene en el 74% durante el primer año, aunque desciende al 46% en el segundo, unas cifras similares a las europeas, pero por debajo de las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que promueve su práctica hasta los dos años de edad.
La alimentación, esencial
Durante la lactancia aumentan las necesidades nutricionales y energéticas de la madre, siendo incluso mayores que en el embarazo. El Comité de lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría hace hincapié en la importancia de llevar durante esta etapa una alimentación variada, equilibrada y nutritiva. Hay que tener en cuenta que la dieta afecta a la composición de la leche y si la dieta de la madre presenta carencias, la alimentación del bebé puede ser deficitaria. Un estudio realizado en 2008 por Jose Luis Gómez Llorente, del Departamento de Pediatría de la Universidad de Granada, detectó que nueve de cada diez mujeres que dan el pecho a sus hijos no siguen una dieta adecuada. El 94% de las madres lactantes que participaron en el estudio mantenían una dieta hipocalórica, el 88% con déficit en vitamina A y el 99% con carencias de vitamina E. Hay que señalar también que determinados nutrientes, como el DHA, el ácido fólico, el yodo, el hierro o la vitamina A, entre otros, son difíciles de obtener sólo a través de la dieta.
Una combinación completa y equilibrada
El riesgo de deficiencia de algunos minerales y vitaminas durante la lactancia puede evitarse tomando Ginecomplex Lactancia, de Laboratorios Viñas. Se trata de una combinación completa y equilibrada de ácidos grasos omega-3 (en particular DHA), oligoelementos, minerales y vitaminas específicamente recomendada para cubrir las necesidades nutricionales fundamentales de la madre y el bebé lactante durante la lactancia. En su composición se encuentran vitaminas: el ácido fólico, que beneficia el crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo y al proceso de división celular; la vitamina A, que contribuye al mantenimiento de la visión en condiciones normales y ayuda al funcionamiento normal del sistema inmunológico, las vitaminas B1, B2, B3, B6, B8 y B12, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso; la vitamina E, que ayuda a resguardar las células frente al daño oxidativo; la vitamina C, que favorece la formación normal de colágeno para los vasos sanguíneos, así como el funcionamiento normal del sistema nervioso, y la vitamina D, que coopera en la absorción del calcio y el fósforo. Contiene, además, cuatro oligoelementos esenciales: el zinc, que contribuye al proceso de división celular y al funcionamiento normal del sistema inmunitario; el hierro, que ayuda a la formación normal de la hemoglobina; el magnesio, que contribuye a la normal actividad neuromuscular, y el yodo, que contribuye a la función normal del sistema nervioso, así como otros minerales como el calcio, el fósforo, el cobre y el manganeso.
Máximo aporte de DHA
Ginecomplex Lactancia proporciona a la mujer lactante las más altas cantidades diarias de DHA (280 mg), un ácido graso omega-3 que aporta importantes beneficios tanto para la madre como para el lactante. De acuerdo con la EFSA y la RDA Italiana, los requerimientos de DHA se incrementan 100-300 mg por día durante el embarazo y la lactancia y normalmente no se alcanzan estos niveles de ingesta recomendada en la dieta habitual. El DHA es un importante componente favorecedor de la función visual y neuronal del lactante, contribuyendo a su correcto desarrollo mental y cognitivo. Por otro lado, el aumento de los niveles de DHA en la madre reduce el riesgo de depresión posparto, o funciona como coadyuvante terapéutico si esta llega a manifestarse. La depresión tras el parto es un trastorno más frecuente de lo que pensamos. Así lo indica en un artículo publicado en 2015 la Agrupación Ginecológica Española (AGE), que señala un 80% de mujeres afectadas. En un estudio en el que se evaluaron 380 mujeres después del parto mediante Edinburgh Post Partum Depression Scale se demostró que un aumento del 1% de los niveles de DHA plasmáticos se asociaron a una reducción del 59% en la sintomatología depresiva.
¿Cómo tomarlo?
Se recomienda tomar dos cápsulas juntas de Ginecomplex Lactancia al día durante la lactancia. No superar esta dosis. Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta variada y equilibrada.
