Uno de cada cinco individuos hipertensos sin enfermedad cardiovascular de 60 años o más atendidos y con seguimiento en Atención Primaria tiene Enfermedad Renal crónica leve-moderada, siendo mayor edad , sexo masculino, insuficiencia cardíaca, albuminuria, fibrilación auricular, fumadores, dislipidemia, diabetes mellitus y obesidad los principales factores de riesgo. Esta es la conclusión a la que ha llegado un estudio publicado en la Revista Nefrología de la Sociedad Española de Nefrología. El estudio se basa en los datos del Sistema de Información para el Desarrollo de la Investigación en Atención Primaria (SIDIAP), que contiene información clínica de los pacientes atendidos en los 274 centros de salud de Atención Primaria del Institut Català de la Salut (ICS), que aglutina a un total de casi 6 millones de pacientes.
Se asume que hay ERC cuando el filtrado glomerular estimado (FGe) desciende por debajo de los 60ml/min/1,73m2, y según revela el estudio de la S.E.N., un 18,8% de los individuos estudiados presentaron ERC moderada con FGe entre 30 y 59, el 72,2% de ellos con FGe entre 45 y 59. La prevalencia en mujeres ha demostrado ser de un 19,9%, superior a la de los hombres, que se sitúa en un 17%. Esta prevalencia aumentaba con la edad, alcanzando su pico en mayores de 80 años con un 39,4%.
Las muertes producidas por la Enfermedad Renal Crónica han aumentado un 82% entre 1990 y 2010 en todo el mundo, una cifra solo superada por el VIH/SIDA y la diabetes. Esta enfermedad supone un mayor riesgo de morbimortalidad cardiovascular y de progresión a Insuficiencia Renal Terminal (IRT) en la población general y en pacientes hipertensos. De hecho, la hipertensión arterial (HTA) es la segunda causa de IRT, una enfermedad cuyos casos están aumentando, sobre todo en pacientes mayores de 45 años.
Tal y como afirma el estudio, el control de la presión arterial fue inferior en los individuos con ERC a pesar de una mayor exposición a fármacos, lo que reflejaría la mayor dificultad de control de la presión arterial en estos individuos. Dada la importancia del control de la PA en la evolución de la ERC se recomienda priorizar y optimizar el control de la presión arterial en estos pacientes.
Con el seguimiento de esta cohorte, los autores esperan identificar los factores asociados a una mayor progresión a insuficiencia renal terminal e incidencia de episodios cardiovasculares, lo que permitiría una mayor actuación preventiva precoz en los individuos de mayor riesgo.