Nuevos datos de la revisión ‘Implicaciones clínicas, diagnósticas y terapéuticas de la psoriasis y enfermedad cardiovascular’ realizada por C. Bonanad, E. González-Parra, R. Rivera, J.M. Carrascosa, E. Daudén, A. Olveira y R. Botella-Estrada, un equipo multidisciplinar español integrado por dermatólogos, cardiólogos, digestivos y nefrólogos, determinan que los pacientes con psoriasis grave tienen mayor riesgo de tener una enfermedad cardiovascular así como una mayor mortalidad derivada de la misma. Aunque las diferencias oscilan entre estudios, este aumento se sitúa alrededor del 50%.
Entre los factores de riesgo cardiovascular, los pacientes con psoriasis tienen una mayor prevalencia de diabetes, hipertensión, dislipemia metabólica, consumo de tabaco y obesidad. Estudios epidemiológicos recientes, apoyan una asociación independiente entre la psoriasis y el infarto de miocardio, la enfermedad de la arteria coronaria, el ictus, la diabetes, la disfunción endotelial y la arterioesclerosis.
Los dermatólogos se encuentran en una importante posición centinela desde donde detectar y responder a indicios tempranos de riesgos cardiovasculares y comorbilidades en sus pacientes. La asociación y las interacciones que establecen las relaciones entre psoriasis y ECV pueden tener implicaciones sobre las decisiones en el tratamiento. Estas deberían ser oportunas, apropiadas y personalizadas para cada paciente con el fin de optimizar el logro del mejor tratamiento para cada caso. En relación a la ECV, las recomendaciones actuales insisten en la importancia de informar a los pacientes con psoriasis moderada-grave sobre su mayor riesgo de presentar esta patología. En el manejo del paciente con psoriasis es fundamental realizar una evaluación del riesgo cardiovascular, así como destacar la necesidad de una futura colaboración multidisciplinar (cardiólogo, internista, endocrino, médico de atención primaria) y criterios de derivación para el mejor manejo de estos pacientes con elevado riesgo cardiovascular.
Dado que la psoriasis conlleva un riesgo de ECV probablemente relacionado con la inflamación sistémica, el tratamiento de la misma encaminado a disminuir dicho estado inflamatorio podría, teóricamente, disminuir el riesgo cardiovascular.