La medicina individualizada o de precisión propone la personalización de la atención médica adaptándola a las características de cada paciente, tanto para el tratamiento como para la prevención, teniendo en cuenta la variabilidad individual en los genes y otras características del paciente y su enfermedad, el medio ambiente y el estilo de vida de cada persona. Debido a que este enfoque permite a los profesionales sanitarios predecir qué estrategias de tratamiento y prevención funcionarán en determinados grupos de pacientes, la farmacología clínica ha realizado en los últimos años avances apoyada en la investigación clínica y en la farmacogenética.
“La medicina personalizada va a tener un desarrollo integrado en la asistencia sanitaria y, ahí, la farmacología clínica, que es una especialidad dual con vertientes de investigación y asistencial importantes, puede llevar adelante proyectos en colaboración con otras especialidades que permitan simultáneamente el acceso de los pacientes a estos tratamientos y la evaluación de su efectividad”, ha destacado el Dr. Emilio Vargas Castrillón, jefe del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Clínico San Carlos, en el marco del XXX Congreso de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC). Posiblemente en el corto plazo estas colaboraciones se orientarán hacia la oncología, la neurología y la cardiología, pero en un entorno temporal más prolongado incluirán la mayor parte de las áreas biomédicas, tal y como se ha puesto de manifiesto durante el congreso.
La esencia de la farmacología clínica es buscar la individualización de los tratamientos con el fin de lograr mejores resultados sanitarios de pacientes individuales. Al respecto, el director médico de Lilly España, el Dr. José Antonio Sacristán del Castillo, ha destacado de esta especialidad la facultad de “descubrir las razones de la variabilidad en la respuesta a los fármacos y proporcionar a cada paciente el tratamiento más adecuado”.
La evolución de la investigación clínica ha centrado parte de las jornadas del Congreso. En este sentido, los farmacólogos clínicos han coincidido en que los avances en el área de la genómica y el desarrollo de una medicina centrada en el paciente requieren la puesta en marcha de una investigación en la que el paciente adopte un papel clave.
“Actualmente se están desarrollando nuevos métodos de investigación orientados al paciente, pero aún nos encontramos en una fase muy incipiente”, ha recalcado el Dr. Sacristán del Castillo. Por ello, el experto ha hecho hincapié en la necesidad de aumentar la participación de los pacientes en el proceso de investigación. Para ello, es imprescindible su integración en los equipos decisores de las prioridades de la investigación, que seleccionan las variables relevantes de análisis, o que evalúan los aspectos éticos de los proyectos.
La medicina de precisión tiene como objetivo analizar la causa de la enfermedad de cada paciente a nivel molecular para administrar tratamientos específicos. Además, busca evaluar la respuesta del paciente con variables subrogadas que permiten ajustar finamente el tratamiento del paciente de acuerdo a la respuesta conseguida.
Así, la Farmacología Clínica, apoyada en la farmacogenética y la farmacodinamia, ha avanzado en el desarrollo de medicamentos efectivos y seguros y dosis que se adaptan a las variaciones en los genes de una persona. “Con estas herramientas se consigue administrar el tratamiento más adecuado para cada paciente, evitando así tratar a aquellos pacientes que no van a responder o a quienes pueden desarrollar reacciones adversas”, ha recalcado el Dr. Francisco Abad Santos, Jefe de Sección del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de la Princesa, vinculado a la Universidad Autónoma de Madrid.
En los últimos años, los principales avances han permitido en el área de Oncología identificar distintos marcadores tumorales que permiten seleccionar algunos fármacos dirigidos a esa diana terapéutica. “También somos capaces de identificar características genéticas que permiten predecir que un paciente no sea capaz de metabolizar un medicamento, por lo que se debería reducir mucho la dosis a administrar a ese paciente o buscar otro fármaco alternativo”, ha subrayado el Dr. Abad.
Uno de los retos de esta especialidad es integrar todas las herramientas disponibles -la farmacogenética, farmacodinamia e investigación clínica, entre otras- y conseguir su funcionamiento de forma integrada. A este reto, la jefa del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de Canarias, la Dra. Mar García Saiz, suma la importancia de la visión clínica y la monitorización de los niveles de fármacos u otros marcadores relacionados con el efecto farmacológico.
La monitorización de medicamentos en sangre continúa siendo una herramienta de amplia utilización en la individualización del tratamiento de los pacientes. Sin embargo, la medicina personalizada abre nuevos retos en la monitorización sérica de los medicamentos tales como su incorporación a nuevos grupos farmacológicos (fármacos antifúngicos, medicamentos biológicos anti-TNF, etc.). “Es imprescindible que la investigación en este campo sea adecuada y de calidad, y los farmacólogos clínicos podemos promover y desarrollar este tipo de investigación que demuestre que la monitorización es efectiva y beneficiosa para el paciente”, ha señalado la Dra. García Saiz.