El cuidado de la piel del bebé

El cuidado de la piel del bebé.La piel del bebé es más fina que la piel adulta. La epidermis posee un nivel reducido de factores naturales de hidratación (FNH), una red de crestas interpapilares escasamente desarrollada y una cohesión dermoepidérmica más

La dermis es menos gruesa, con fibras de colágeno de menor tamaño que en el adulto y fibras elásticas inmaduras. En el primer mes de vida las glándulas sebáceas pueden estar estimuladas por los andrógenos maternos que ha recibido vía transplacentaria, pero su actividad irá disminuyendo durante el primer año de vida. El pH en el recién nacido es de 6-7 (va disminuyendo con la edad), sin capacidad tampón (mayor riesgo de infecciones oportunistas) y con glándulas sudoríparas ecrinas que aún no logran controlar eficazmente la temperatura corporal. Se trata de una piel más desprotegida y más permeable que la piel adulta, con un mayor riesgo de deshidratación y exposición a agentes externos irritantes. Teniendo en cuenta que el sistema inmunitario del bebé es aún inmaduro, será sumamente importante mantener la función barrera de su piel, con el fin de evitar la entrada de patógenos al organismo.

Consejos generales para el cuidado de la piel de los bebés

  • Baños cortos con agua templada.
  • Higiene corporal con “syndets” (detergentes sintéticoaños cortos con pH neutro o ligeramente ácido), poca cantidad y retirándose completamente de la piel antes del secado. Una limpieza demasiado agresiva elimina lípidos de la capa córnea favoreciendo la irritación y la deshidratación de la piel, por lo que se evitarán jabones espumosos.
  • Champú formulado a pH lacrimal y con cierta viscosidad para evitar que entre fácilmente en los ojos.
  • La piel se seca mediante ligeras presiones con toalla de algodón, nunca frotando, poniendo especial cuidado en las zonas de pliegues.
  • Empleo de cremas emolientes en capa fina para reforzar la función barrera del manto hidrolipídico. Si, además, lo acompañamos de un suave masaje será un momento relajante y amoroso con el bebé.
  • Evitar la exposición directa del bebé al sol hasta los 6 meses y uso de filtros exclusivamente físicos hasta los 12 meses.
  • Evitar uso de antisépticos (soluciones alcohólicas, povidona yodada,…) debido al riesgo de toxicidad secundaria por absorción percutánea. Si es necesario la clorhexidina es una de las sustancias más seguras y al 0,5% cubre un amplio espectro de acción.
  • Cambio frecuente del pañal. Un pañal húmedo tiene un efecto oclusivo y aumenta el riesgo de irritación local.

Principales patologías que vemos en el mostrador de las farmacias

Dermatitis seborreica o costra láctea

Es muy frecuente que aparezca en los primeros días o semanas de vida del bebé. Aparecen escamas amarillentas grasas sobre una piel enrojecida en el cuero cabelludo, cejas, incluso en pliegues de brazos y piernas. No provoca gran malestar al bebé y desaparece de forma natural hacia el 3-4º mes de vida. Se desconoce la causa exacta aunque puede estar relacionado con la mayor producción de sebo asociada a las hormonas materno-fetales y a un sobrecrecimento de levaduras del género Malassezia.

En la costra del cuero cabelludo, que es la manifestación más frecuente, se recomienda emplear aceites minerales o vegetales, realizar un suave masaje para desprender las escamas y lavar con un champú suave. También podemos emplear emulsiones con keluamida sobre la piel limpia y seca.

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica que se presenta en forma de brotes. La etiología es aún desconocida, aunque tiene mayor prevalencia en caso de antecedente familiar y parecen existir factores ambientales que pueden propiciarlo (frío seco, polución, fumador pasivo,…).

La prevalencia de la dermatitis atópica es mucho mayor en niños que en adultos y en el 60% de los casos se presenta antes del año de edad. El metabolismo de los ácidos grasos esenciales (implicados en la cohesión del estrato córneo) está alterado y hay mayor pérdida de agua transepidérmica. Existe por lo tanto una disfunción de la barrera cutánea y los alérgenos van a penetrar a capas inferiores de la epidermis desencadenando una respuesta inmunitaria exagerada. Los síntomas principales de la dermatitis atópica son prurito, eczema, inflamación y generalmente xerosis.

Las manifestaciones cutáneas de la dermatitis atópica evolucionan y varían de unas fases a otras (lactante, niño, adulto), nos centraremos exclusivamente en la fase del lactante, hasta los 2 años de edad.En el lactante, las lesiones comienzan con un enrojecimiento de las mejillas, seguido de vesículas exudativas que al secarse forman costras. También es frecuente encontrar lesiones en frente, pabellón auricular, cuero cabelludo, cuello, tórax, cara externa de muslos y piernas, dorso de manos y pies y tobillos. A partir de los 6 meses es frecuente que aparezcan lesiones en los pliegues de las extremedidades. En general el eczema del lactante atópico es húmedo, lo que puede hacer que lo confundamos con una sobreinfección bacteriana.En caso de brote derivaremos al especialista médico pero con una adecuada rutina cosmética podemos distanciar los brotes y mejorar la calidad de vida del atópico.

Recomendaciones generalesBaños cortos con geles syndet

      enriquecidos con avena, aceites minerales o vegetales. El agua estará templada (<30º-32ºC) para evitar la vasodilatación que empeora el prurito.

Cremas o lociones hidratantes

      sobre piel ligeramente húmeda con activos emolientes (ceramidas o ácidos grasos esenciales como el linoleico), hidratantes (glicerina), antiinflamatorios (niacinamida, rhamnosoft, avena sativa, onagra) y antipruriginosos (polidocanol, alfa-bisabolol). Es conveniente evitar los perfumes y los excesivos conservantes, siendo una buena opción los cosméticos estériles. Se aplicará 2-3 veces al día y en épocas calurosas se puede mantener refrigerada para aprovechar el poder calmante del frío. Sobre las lesiones exudativas aplicaremos lociones con bajo contenido lipídico y en las lesiones secas cremas o bálsamos altamente emolientes.

Uso de prendas de algodón

      , sin etiquetas.Humedad y temperatura del ambiente controladas.Mantener las uñas cortas y limpias para evitar infecciones por rascado.Cada vez hay mayor evidencia científica del uso de

probióticos

    en el manejo de la dermatitis atópica. En un reciente estudio publicado en JAMA Dermatology se demostraba que una mezcla de  lactobacilos y bifidobacterias (Bifidobacterium lactis CECT 8145, Bifidobacterim longum CECT 7347 y Lactobacillus casei CECT 9104) reducía los brotes tanto en intensidad como en duración, el uso de corticoides tópicos y la extensión e intensidad del eczema.

 

Dermatitis del pañal

 

  • La dermatitis del pañal es la erupción inflamatoria que se produce en genitales, glúteos, cara interna de los muslos y bajo vientre. Se trata de una dermatitis irritativa por orina y heces. Recomendaremos:
  • Limpiar con productos syndet sobregrasos siempre desde la zona más limpia hacia la de mayor suciedad.Antes de colocar un pañal limpio hay que cerciorarse de que la zona está bien seca, sobretodo los pliegues.
  • Cambio frecuente de pañal y empleo de cremas barrera que mantengan la zona aislada de la humedad con agua, talco, glicerina, óxido de zinc y activos que calmen la irritación, el eritema y el escozor.
  • Evitar el empleo de toallitas húmedas y si es posible dejar la zona al aire.

Sudamina o miliaria

Bajo este término englobamos las enfermedades que afectan a las glándulas sudoríparas ecrinas. Cuando hay calor y humedad o en cuadros febriles, el sudor queda retenido y aparecen lesiones con aspecto cristalino (miliaria cristalina o sudamina) o rojizas (miliaria rubra).La miliaria cristalina es la más superficial, afectando a nivel del estrato córneo. Aparecen vesículas y pápulas transparentes en la frente y cuero cabelludo que pueden romperse y desaparecer al lavar al niño.En la miliaria rubra el sudor queda retenido en la epidermis, pero en capas más profundas que en el caso anterior. Aparecen pápulo-pústulas eritematosas que pueden provocar prurito, sobretodo en frente, cuello, tronco, pliegues y zonas cubiertas.

Se deberá evitar o reducir el foco que ha provocado el brote. Para acelerar el proceso podemos recomendar lociones secantes con óxido de zinc, activos regenerantes como el sucralfato, antibacterianos como el sulfato de zinc y, en caso de picor, calmantes como la caléndula, el alfa-bisabolol, el rhamnosoft o el hamamelis.En cualquier patología del lactante, si tenemos la menor sospecha de sobreinfección, existe un brote o las recomendaciones propuestas no logran una mejoría a los 10 días, remitiremos al especialista médico.

 

Por Ana Fernández Gil

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