El ‘Teaming’ de Cinfa acaba de concluir su séptima edición, en la que se han abordado un total de 10 proyectos sociales. De ellos, seis han recibido en los últimos meses 3.500 euros cada uno, reunidos por los trabajadores junto con la propia empresa, que se han destinado a mejorar la calidad de vida de diversos colectivos de pacientes.
De esta forma, ya son más de 50 las personas o asociaciones con las que Cinfa ha colaborado través de las microdonaciones en equipo en las que se basa el Teaming, que han superado los 175.000 euros en total en los últimos 7 años.
Además, se acaba de poner en marcha la octava edición y los más de 700 ‘teamers’ de Cinfa ya han presentado y elegido otros seis nuevos proyectos a los que ayudarán durante lo que queda de 2019.
De Viana a la India, y del arte a la tecnología
En cuanto a los proyectos que se han hecho realidad en los últimos meses, el Colectivo Vianés por la Integración de Personas con Discapacidad (CVPI) ha visto impulsada su labor que, como explica su presidenta, Joana Santasusana, “se centra en dos objetivos: la sensibilización de la sociedad sobre la situación de las personas con discapacidad física, psíquica y sensorial, y la mejora de la accesibilidad de este colectivo, mediante la eliminación de barreras arquitectónicas existentes en nuestra localidad, Viana (Navarra), al que aspiramos a convertir en pueblo accesible”.
“Gracias al apoyo recibido por los trabajadores de Cinfa, hemos podido desarrollar actividades que mejoran la calidad de vida de nuestros usuarios y la de sus familiares -continúa-. Por ejemplo, hemos llevado a cabo talleres de yoga, risoterapia o psicología positiva. También nos ha permitido organizar nuestra tradicional semana de la concienciación en Viana, con charlas formativas y actividades para todos los vecinos con el fin de promover la integración de nuestro colectivo. Somos una asociación pequeña, y esto ha supuesto un empuje enorme y un reconocimiento que nunca olvidaremos”, concluye.
Se trata de un proyecto presentado por José Carlos Sáez de Blas, de Producción de Cinfa, quien considera que “el lema de la asociación, ‘Tu apoyo nos hace más capaces’, encaja muy bien en nuestra filosofía del ‘Teaming’”.
En segundo lugar, la Fundación Atena ha destinado la donación recibida a su programa de envejecimiento activo para personas con discapacidad intelectual a través del arte. “Llevamos muchos años desarrollando este servicio y ahora hemos podido ampliarlo, de forma que más personas con discapacidad mayores de 40 años van a poder ser atendidas en el nuevo Arte-Centro Con-muévete, que hemos equipado gracias a la ayuda del Teaming”, indica Arantxa Garatea, gerente de Atena. “Nuestros usuarios son personas que presentan grandes necesidades de apoyo. Trabajamos con ellas a través de las artes y la cultura y con un modelo de intervención personalizado que pretende fomentar su autonomía y prevenir su deterioro”, resume. Cuando conocieron la noticia de que su programa había sido elegido por los ‘teamers’, reconoce que en la fundación se llevaron “una grata sorpresa al saber que los trabajadores de Cinfa tienen en cuenta a las personas con discapacidad. Estamos muy agradecidos por que hayan confiado en nosotros y queremos decirles que lo que hacemos merece la pena”, añade.
Sergio Espuelas, de Producción de Cinfa, fue quien presentó esta iniciativa motivado “por dar a conocer que las personas con discapacidad intelectual también hacen arte y cultura. Estoy encantado de que mis compañeros y la empresa se lo hayan puesto un poco más fácil".
De un proyecto que emplea el arte como medio de aprendizaje, a otro cuya esperanza es la tecnología: el desarrollo de una plataforma basada en una APP móvil que detecte y alerte de las crisis convulsivas que sufren los niños afectados por el Síndrome de Dravet. Este es el objetivo que persigue la Asociación Desafía Dravet, elegida como otra de las beneficiarias del ‘Teaming’.
Mikel Goñi, miembro de la asociación y padre de un niño con esta patología, explica que “esta enfermedad es devastadora. Las crisis son numerosas y diarias, y causan deterioro cognitivo motriz, además de que cada una de ellas supone un riesgo para la vida de los menores”. Se manifiestan sin previo aviso, por lo que estos niños necesitan vigilancia las 24 horas y una persona a su cargo que sepa aplicar protocolos concretos ante estas situaciones tan graves. Por eso, Mikel insiste en que “los segundos cuentan” y recalca “lo importante que es anticiparnos y conseguir predecir y alertar de que va a producirse una crisis, porque eso permitirá una mejor calidad de vida para los niños y sus familias”. En este sentido, Mikel da un dato personal para ayudar a hacernos una idea de cómo es su día a día, viviendo en alerta máxima con el Síndrome de Dravet en casa: “Hoy ha sido una noche muy buena, porque mi hijo solo ha tenido tres o cuatro crisis; una noche de las malas puede llegar a tener 20 o 30”.
Este padre ve factible hacer realidad este proyecto tecnológico, ya que tienen avanzado y están probando un sistema que registra numerosos datos del niño (constantes vitales en tiempo real, histórico de las crisis, etc.) y los analiza. Su gran esperanza y objetivo a corto plazo es diseñar el dispositivo real, tras las pruebas que están realizando con un prototipo. Ante la ayuda que han recibido de Cinfa y que se ha invertido en seguir mejorando ese software, indica que “es muy de agradecer y de admirar esa motivación que tiene tanto Cinfa, como sus trabajadores y, desde mi experiencia, animo a que el ‘Teaming’ siga adelante, porque este tipo de acciones pueden dar el impulso necesario que muchas personas necesitan para ver mejorada su situación”. En la misma línea se expresa Nicolás Villalonga, trabajador del laboratorio en el Departamento de Innovación y Propiedad Industrial, y quien abanderó la candidatura de Desafía Dravet tras conocer a Mikel. “Lo que más me gusta del ‘Teaming’ es que, a cambio de un pequeño gesto, como es acordarte de alguien y explicar sus circunstancias a tus compañeros, recibes un agradecimiento de corazón; es algo precioso”, afirma.
Euros con impactos directos
Otra de las ayudas de esta edición del Teaming ha viajado hasta la India, donde trabaja la ONG Educational and Develeopment Initiatives. A través de su proyecto Kamalini, ayuda a que niñas y mujeres de familias muy pobres o inmigrantes, en su mayoría analfabetas y sin recursos, reciban una educación básica.
En concreto y como detalla Mª José Baños, del Departamento Financiero de la ONG, “lo que hace el sistema educativo Kamalini es impartir clases de costura, peluquería, inglés, informática o cocina a chicas jóvenes de zonas pobres del norte del país. Las capacitamos para posibilitar al máximo su integración laboral o, al menos, para que aprendan un medio de vida que les saque de su complicada situación de extrema pobreza”. Y es que, en India, estas mujeres no son consideradas personas de derecho, viven en la calle y suelen ser víctimas de explotación.
Por eso, desde la ONG, que ahora mismo trabaja con alrededor de 400 jóvenes en un centro de capacitación recientemente abierto, aseguran que esta donación de los trabajadores de Cinfa “ha tenido un impacto directo en que muchas mujeres den un paso adelante para salir de su miseria. Agradecemos que las personas de Cinfa no hayan cerrado los ojos y que hayan mirado hacia aquí, aunque nos separen miles de kilómetros”.
Precisamente, esa fue la intención la persona de Cinfa que encabezó este proyecto en el laboratorio, Belén Dean, de Market Access Internacional: “Me hacía especial ilusión porque es un tipo de iniciativa que no siempre recibe suficientes apoyos, ya que las vemos como algo lejano, pero no por ello son menos importantes”.Por su parte, y ya de vuelta en Pamplona, un grupo de alumnos del Colegio Público de Educación Especial Andrés Muñoz podrán disfrutar dentro de pocos días de un campamento de verano gracias a la ayuda donada por Cinfa. Se trata de una de las actividades de “Y yo, ¿puedo jugar?”, un programa de ocio para niños y niñas con discapacidad que organiza la Apyma de este centro educativo, tanto durante el curso, como en épocas vacacionales.
Izaskun Adot, madre de uno de los alumnos, explica que “debido a sus trastornos del desarrollo, estos niños no pueden acceder a campamentos y actividades convencionales, ya que no saben jugar por sí solos y necesitan que les dirijan las actividades. Esto implica que siempre tiene que haber una persona responsable por cada niño. Por eso, hemos organizado nuestro propio campamento con profesionales y voluntarios formados, que conocen a los niños y que están capacitados para actuar en el día a día con ellos”.
Del mismo modo, esta madre incide en la idea de que “romper el ritmo de clase durante los dos meses de verano es un problema para estos chicos y chicas, porque sus rutinas durante el curso les mantienen estables, mientras que en vacaciones se desorientan y aburren, puesto que no saben cómo pasar el tiempo. Es muy importante que dispongan de un tiempo de ocio dirigido para poder disfrutar de su infancia, al mismo tiempo que las familias tienen un periodo de respiro”.
Como el resto de madres y padres, se muestra muy ilusionada ante la semana que pasaran sus hijos al aire libre, entre la playa y el monte. “Si no llega a ser por los trabajadores de Cinfa no hubiéramos podido sacar adelante este campamento, al que acudirán 15 niños y niñas”. Por su parte, Belén Dean, trabajadora de Cinfa, que también presentó este proyecto, añade que “estoy muy contenta, ya que para los niños con discapacidad toda ayuda es poca, porque sus dificultades son mayores y también para sus familias, a nivel económico”.
Por último, financiando un proyecto de la ONG Instituto de Salud Global de Barcelona, el ‘Teaming’ se ha volcado en intentar erradicar el pian, una enfermedad discapacitante de la piel y de las llamadas desatendidas, porque afecta a poblaciones vulnerables de países empobrecidos. Cada año, más de 100.000 niños de entre 5 y 15 años de poblaciones vulnerables de África, el Sudeste asiático y el Pacífico sufren las lesiones físicas provocadas por el pian, “úlceras dolorosas, desfiguración y discapacidad, además de secuelas emocionales y económicas”, como resume Laia Bertran, miembro de la ONG.
“Hasta hace poco, el único tratamiento contra el pian era la penicilina en forma de dolorosas inyecciones –continúa-, pero, en 2012, nuestro compañero, el doctor Oriol Mitjá, descubrió que una única dosis de azitromicina, un antibiótico muy común, elimina la enfermedad del organismo de forma rápida, indolora y asequible, cifrando el coste del tratamiento en un euro por paciente”.
De esta forma, con la ayuda de los ‘teamers’, se ha conseguido curar a 3.500 niños afectados por el pian, “una enfermedad que tiene el potencial de convertirse en la segunda enfermedad erradicada de la faz de la tierra, después de la viruela”, apostilla Bertran. Finalmente, como comenta el impulsor de esta iniciativa concreta en Cinfa, Patxi Moleres, del Departamento Científico de Consumer HealthCare, “este es un ejemplo muy ilustrador de lo fácil que es ayudar con tan poco esfuerzo. Un euro es la contribución de cada uno de nosotros al ‘Teaming’, y ahora vemos que cada euro cuenta, porque supone un impacto directo en la salud de las personas”.